Monterrey

Marco Pérez: El decreto de estímulos en el Istmo de Tehuantepec

En mi nota de la semana pasada, comenté al final, que después de que esta administración eliminó los estímulos fiscales que se habían otorgado a los contribuyentes que invirtieron sus recursos en las Zonas Económicas Especiales, (ZEE) creadas por la pasada administración del Presidente Peña Nieto, en un giro de 180 grados a la política de promoción de inversiones en el Sur, y en el Sur Este del País, pasando de los estímulos, a la inversión directa gubernamental.

El proyecto de las ZEE tenía la finalidad de impulsar un crecimiento económico sostenido y equilibrado en las regiones con mayor rezago económico y social del país, con el impulso del sector privado, y con este propósito, el Congreso aprobó la Ley Federal de Zonas Económicas Especiales (LFZEE) en 2016, en tanto que el Ejecutivo Federal emitió la declaratoria de cinco ZEE hacia finales de 2017 y dos más en el primer cuatrimestre de 2018, con el objetivo promover el desarrollo regional mediante la diversificación productiva, para cerrar las brechas de las diez entidades más rezagadas con respecto al resto del país.

De hecho, las siete ZEE se encontraban en i) Coatzacoalcos, Veracruz, ii) Puerto Chiapas en Chiapas, iii) Lázaro Cárdenas – La Unión en Michoacán y Guerrero, iv) Salina Cruz en Oaxaca, v) Progreso en Yucatán, vi) Champotón en Tabasco, y vii) Dos Bocas en Campeche, incluyendo claramente no solo el corredor de Salinas Cruz a Coatzacoalcos, mismo que ahora se pretende fomentar, sino absolutamente todo el Sur, Sur Este del País.

Por otro lado, el paquete de beneficios de los que gozaban estas ZEE no solo eran fiscales, sino laborales, contaban con un régimen aduanero especial, un marco regulatorio ágil, programas de construcción de infraestructura, de apoyo al capital humano, financiamiento, innovación, así como estímulos y condiciones preferenciales.

Sin embargo, en Abril de 2019, a escasos cinco meses de haber tomado el Poder, el Presidente López Obrador decide dar por terminadas estas ZEE, aunque nunca fueron competencia directa a sus obras insignia en esa región del País, como son el Tren Maya, la Refinería Olmeca, y el corredor Trans Istmico, mismo que ahora pretende consolidar con este decreto de estímulos a la inversión en esa zona geográfica del País.

Sin embargo, la redacción del Decreto es realmente deficiente y plantea importantes dudas para los posibles inversionistas.

Primeramente, si se parte de una exención fiscal del 100% del ISR para los primeros tres años, ofrecer adicionalmente una “depreciación acelerada” del 100% de los activos fijos, luce ingenuo, por decir lo menos, ya que la depreciación es una deducción autorizada por la propia Ley del ISR, que lo que hace es REDUCIR la base del tributo, y por ende se paga MENOS ISR si se deprecian de manera acelerada los activos fijos.

Es decir, si el contribuyente YA cuenta con un pago de ISR de CERO, lo rentable para El, es incluso depreciar lo menos posible sus activos, ya que la Ley contiene tasas “máximas” de depreciación, y depreciarlos más, posteriormente, en años con menor beneficio fiscal.

Por otro lado, el Decreto omite concretar este beneficio de no pago de ISR para los accionistas de las empresas, ya que ellos reciben dividendos por las utilidades distribuidas, que deben acumular al 100% en sus declaraciones anuales como personas físicas, y proceden a “acreditan” el pago del 30% sobre utilidades, hecho por sus empresas.

De tal suerte, si una empresa beneficiada con el NO pago del ISR por sus utilidades generadas, distribuye dividendos a sus accionistas, personas físicas, el beneficio de este estímulo se pierde totalmente, ya que el accionista, persona física, tendría que pagar la tasa llena del 35% pues no tendría el acreditamiento del 30% del ISR empresarial.

Finalmente, si ya dejaron colgados de la brocha a los anteriores inversionistas que apoyaron las ZEE, que les hace pensar que habrá más inversionistas ingenuos que vayan a pensar que estos estímulos sí se van a respetar?

Veremos y diremos.

Marco Pérez

Marco Pérez

Economista especialista en finanzas públicas, Socio Director de Econometría Aplicada SC, Conferencista y Catedrático a nivel doctorado.

COLUMNAS ANTERIORES

Miguel Moreno Tripp: ¿Flight-to-quality reloaded?
Carlos Peña: “El Poder Financiero de la Mujer”

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.