Se dio una gran muestra de parte de los ciudadanos en México dando un grito desesperado por detener la posibilidad de que el Presidente y su partido tomen todo el poder pero ¿servirá realmente de algo este esfuerzo de las calles de todo el país?
Este evento, que demostró claramente una preocupación por todo lo que hoy puede percibirse como empoderamiento de la figura presidencial en nuestro país, tiene dos grandes retos: El primero es desligarse de los partidos políticos y los liderazgos públicos que nuestro presidente ha posicionado como enemigos de México, y el segundo es convocar a una nueva visión que vaya más allá de atacar al presidente.
Desligarse es alejarse y dejar de usar las voces ya caducas que no permiten que crezca la participación ciudadana por su baja credibilidad. Los ciudadanos requieren nuevos rostros que no necesariamente sean opositores al gobierno actual, sino partidarios de un México para todos. Se requiere de un liderazgo sin intereses, fresco y con voz de unidad cuyo objetivo no sea polarizar. Un verdadero líder que construya para todos.
Nuestro país ha sido abandonado por la política y sus prácticas que luchan por mantenerse o incrementar su poder. Esto no permite que un gobernante en funciones diseñe una visión a largo plazo; siempre requerirá de “sus obras” para fortalecer su identidad y por lo tanto se empeñará en construir lo que más llame la atención y no lo que nuestro país necesita para crecer. No existe un plan para México.
La movilización lograda este domingo tiene la oportunidad de convertirse en una nueva forma de organización ciudadana. Sin importar desde donde se haya construido la convocatoria, claramente posee una fuerza ciudadana representativa que fue por su propio pie. Ciudades que antes se verían como apáticas a marchar en grande como Monterrey lograron una participación histórica. Esta es la mayor ventaja que tiene la oposición y los que se encuentran en el poder lo saben, es por ello que tratan de minimizar el esfuerzo de la ciudadania y con ello se enfocaran a toda costa en tomar más fuerza para su plan 2024.
No sabemos en que acabará este capítulo del INE, pero hoy podemos estar seguros que esta lucha permanecerá y no les será sencillo seguir “auto-empoderandose”. Es momento de acudir a la consciencia ciudadana y hacer las cosas bien para empezar desde uno mismo a cuidar al México del que somos parte y que posee grandes posibilidades. Dejar de ser un ciudadano común y convertirnos en ciudadanos extraordinarios que buscan siempre algo mejor para su país. Entre más mexicanos cambiemos en lo individual mejores políticos crearemos para que realmente sirvan a la nación.
No se trata únicamente de que no se toque al INE, se trata de que no se toque a México y con ello seamos conscientes de que solo nosotros los ciudadanos podemos lograrlo. Dejemos la polarización y asumamos nuestro papel y responsabilidad de ser coherentes al dirigir nuestro rumbo a un solo objetivo: ser y vivir como un México unido. ¿Estas listo para participar o dejarás que te sigan controlando?