Cuando pensamos en fraudes financieros, muchas veces imaginamos cheques falsos, billetes clonados o estafas telefónicas anticuadas, pero la realidad es que los fraudes han evolucionado a la par de la tecnología, y hoy se esconden detrás de clics, mensajes, llamadas e incluso redes WiFi abiertas.
Durante el pasado Global Money Week 2025, expertos de HSBC México advirtieron que el exceso de confianza es uno de los mayores enemigos de las finanzas personales, sobre todo en la era digital.
David Herrerías y Mario Arias, director de prevención de fraude y Ombudsman del banco, respectivamente, participaron en un panel virtual bajo el lema “Protege tu dinero: Finanzas en la era digital”, en donde compartieron ejemplos concretos de cómo las personas pueden ser víctimas de una estafa sin siquiera darse cuenta.
De acuerdo con los especialistas, muchos caen en la trampa por sentirse “demasiado seguros”. Ese exceso de confianza puede manifestarse al compartir datos personales en redes sociales, conectarse a redes desconocidas o dar clic a ligas sospechosas.
“Es mejor pensar antes de actuar y no al revés, el sentido común a utilizar debe ser el mismo que se emplearía si un extraño nos requiriera, con argumentos diversos y urgencia, las llaves de nuestra casa”, indicó Mario Arias.
Recordaron que, hace años, un fraude podría presentarse en cheques o falsificación de firmas, y que hoy el uso de la ingeniería social y la inteligencia artificial se pueden traducir en correos electrónicos que piden dar click en una liga (phishing), SMS con ligas (smishing), llamadas telefónicas que usurpan la identidad de una institución para obtener información (vishing), uso de Códigos QR que llevan a sitios virtuales de alto riesgo (quishing), o suplantar voces, entre otros.
¿Te suena alguno de estos casos?
1. Compartes tu fecha de cumpleaños, el nombre de tu perro y hasta fotos de tu casa en Instagram. Sin querer, estás revelando posibles contraseñas o pistas para estafadores.
2. Te llega una llamada diciendo que es ‘urgente’ validar un movimiento bancario. Te piden tu NIP y accedes… sin saber que acabas de entregarlo todo.
3. Te ofrecen inversiones con rendimientos “garantizados” de más del 20 por ciento en una semana, pero sólo si decides ahora mismo. Es una trampa.
4. Conoces a alguien por Internet, todo va bien… hasta que te pide dinero porque tuvo una emergencia. Estás frente a una estafa romántica.
5. Escaneas un código QR en un café para ver el menú, pero ese código te lleva a un sitio que roba tus datos. Sí, eso también pasa. Se llama quishing.
Los expertos de HSBC recomiendan aplicar la regla del ‘sentido común digital’, como no dar información que no compartirías con un extraño en la calle. Además, recomiendan cortar de inmediato cualquier llamada o mensaje que solicite datos personales, evitar enlaces dudosos y contactar siempre a tu banco por los canales oficiales.
A veces, basta con un mensaje amable, una oferta irresistible o una red WiFi abierta para poner en jaque tus finanzas. En la era digital, el exceso de confianza puede ser tan peligroso como dejar la puerta de tu casa abierta.
‘Blinda’ tus datos personales
- Trata de no presumir tus posesiones.
- Evita las inversiones de doble dígito en corto tiempo.
- Si algo no te cuadra, desconfía.