El empresario mexicano Carlos Slim tiene como una de sus características la facilidad con los números, lo que lo ha llevado a obtener buenas inversiones y destacó algunas de las características o señales que ha utilizado.
En entrevista para el canal de YouTube, Oso Trava aseguró que algunos de los consejos para las inversiones son: “no comprar, vender e irte corto”.
“Tengo mucho interés en hacer una inversión de corto plazo, pero hace mucho tiempo que no lo hago”, contó en la conversación.
Estas son las características de una buena inversión, según Slim
Ante la pregunta sobre ¿Qué caracteriza a una buena inversión?, el hombre más rico de México bromeó al referir lo que le enseñó un agente de bolsa, quien decía: “Si sube es buena, si baja es mala”, dijo entre risas.
“Las inversiones así muy puntuales son irracionales, hay que tener una cartera, creo que es más razonable”, contó el empresario.
Carlos Slim agregó que también depende de las circunstancias porque hay ocasiones en las que se debe comprar, pero es irracional y otras en las que es irracional no vender.
“Aquí en el mercado hay acciones muy baratas y empresas muy baratas, algunas, de buenos dividendos, algunas muy baratas. Por ejemplo, las de telecomunicaciones en general en el mundo están muy baratas”, añadió.
¿Por qué Slim no quería participar en la compra de Telmex?
Carlos Slim también habló sobre la compra de Telmex y reconoció que al inicio no quería participar en el proceso.
El ingeniero también admitió que recibió presiones de autoridades financieras para sumarse a la privatización de Teléfonos Mexicanos y con ello garantizar una mayor participación de inversionistas nacionales.
La compra ocurrió en los años noventa y él mismo reconoció hace unos meses que, actualmente, Telmex ya no es rentable.
Dicho proceso de compra fue impulsado por el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, a raíz de la crisis operativa por la que estaba la compañía.
“Había 2 millones 200 mil clientes sin atender, tres años de lista de espera… muchas cosas mal, muchas cosas mal”, recordó Slim.
Ante las reservas que tenía sobre el proceso, las presiones principales para Slim fueron de autoridades financieras, entre ellas la Secretaría de Hacienda y el Banco Internacional.
El objetivo era que Carlos Slim se sumara al proceso y así garantizar una mayor participación de inversionistas nacionales frente a los extranjeros.
Finalmente, la operación tuvo un precio de 8 mil 600 millones de dólares por el 20.4 por ciento de las acciones, cuya cifra fue muy superior al valor que tenían en el mercado, con entre 200 y 400 millones de dólares.