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5 gráficas que muestran que el momento actual del peso no es el peor (todavía)

La divisa nacional superó esta semana el rango de los 15 pesos por dólar y, aunque en los dos últimos días bajó de nuevo, se encuentra en un periodo de volatilidad por el que podría alcanzar su máximo histórico... o tal vez no.

Esta semana, el peso registró su nivel más alto en 60 meses al superar las 15 unidades por dólar, en un periodo de volatilidad que se caracteriza por un marcado descenso de los precios internacionales del petróleo, un entorno externo que apunta a un reacomodo de capitales por la expectativa de alza de tasas de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), el diálogo en Bruselas entre la Troika y el nuevo gobierno de Grecia y la entrada en vigor del próximo programa de recompra de bonos del Banco Central Europeo, además de las pláticas de paz entre Rusia y Ucrania y una posible escalada bélica en Medio Oriente.

Este ajuste se atribuye al esquema cambiario de libre flotación, vigente desde diciembre de 1994, por el que el precio de las divisas se determina por la oferta y la demanda en el mercado cambiario.

Esto traslada las posibles condiciones de volatilidad tanto internas como externas al precio de la divisas, en este caso del dólar, lo que resta presiones sobre indicadores como el empleo, la producción o incluso las reservas internacionales.

Aquí te presentamos cinco gráficas que muestran la situación actual de la moneda nacional y otros momentos de volatilidad que la han impactado.

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2014-2015: Entorno Actual

Las presiones sobre el peso llevan más de 110 días –desde septiembre de 2014 a la fecha-, periodo en el cual el dólar registró un aumento máximo de 15.62 por ciento frente al peso, al pasar la cotización en el mercado interbancario de 13.0833 a 15.1190 pesos, nivel al que se llegó el pasado miércoles.

Aunque las últimas dos sesiones de la semana fueron de baja y llegó a 14.8950 al cierre del viernes, el precio del dólar está en el umbral de alcanzar la cotización máxima histórica de 15.49 pesos que se registró en marzo de 2009.

El actual ha sido el periodo de mayor presión para el peso desde 2011, cuando el origen de la volatilidad fue el recrudecimiento de la crisis en la Unión Europea y que naciones como Grecia, Irlanda, España y Portugal entraran en recesión.

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2008-2009: Crisis financiera global

Entre agosto de 2008 y marzo de 2009 el peso resintió la restricción de los flujos internacionales de capitales y en un lapso de 143 días el precio del dólar paso de 9.9180 a 15.3650 pesos, esto es, una revaluación cambiaria de la divisa estadounidense de 54.92 por ciento, la segunda mayor desde que se implementó el esquema de libre flotación.

Este ajuste se debió más a factores externos que internos. La crisis financiera que tuvo sus orígenes en el sistema bancario de Estados Unidos y luego se extendió a algunas instituciones de Europa y Asia se tradujo en una importante contracción de la liquidez a nivel mundial, además de una aversión al riesgo y la subsecuente salida de capitales a los llamados refugios seguros.

En aquel momento, sin embargo, México tenía elementos para resistir esta volatilidad, como son finanzas públicas sanas, mayor captación de inversión extranjera directa y elevadas reservas internacionales.

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2002-2003: Tensiones en Medio Oriente

Los factores geopolíticos en Medio Oriente, la escalada de los precios internacionales del petróleo y la recesión económica de Estados Unidos fueron elementos que presionaron al peso de abril de 2002 a marzo de 2003, cuando el dólar pasó de 9.0130 a 11.2200 pesos, esto es, un aumento de 24.49 por ciento.

Las mayores presiones fueron de origen geopolítico, específicamente la invasión de Irak en el marco de la guerra contra el terrorismo, lo que influyó para que los capitales se refugiaran en activos seguros como el oro o los bonos del tesoro, haciendo a un lado los activos financieros de mayor riesgo nominados en monedas emergentes.

Además, el hecho de que Estados Unidos estaba en recesión influyó para que las exportaciones mexicanas redujeran su ritmo de crecimiento.

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1994-1995: El error de diciembre

El abandono de un esquema cambiario de bandas al de libre flotación influyó para que el peso, en sólo 31 días, resintiera una depreciación frente al dólar de 87.53 por ciento, al pasar de 3.4662 a 6.50 pesos, reflejo del deterioro de condiciones financieras, económicas y políticas nacionales.

En ese periodo, el Banco de México (Banxico) tuvo que dejar de intervenir en el mercado de cambios ante la caída de las reservas internacionales, situación que se conjuntó con un elevado endeudamiento de corto plazo en dólares para contener las presiones cambiarias de ese año ante la serie de eventos políticos y el elevado déficit alcanzado en la cuenta corriente, resultado de un aumento en el consumo privado con baja captación de ahorro del exterior.

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Antes de la Libre Flotación

Antes de que México adoptara el esquema de libre flotación, los ajustes de la política cambiaria eran decretados por el Ejecutivo, de ahí que las principales devaluaciones se registraran entre 1976 y 1994.

La mayor fue la registrada entre 1985 y 1987, en donde prácticamente todos los días aumentaba el precio del dólar. En este periodo, la divisa estadounidense aumentó 857.5 por ciento. Le siguió el ajuste observado en 1982 entre febrero y agosto de ese año, de 328.1 por ciento, y el abandono del esquema fijo a uno semifijo en 1976, que se tradujo en una devaluación de 112 por ciento.

En todos estos casos, los ajustes fueron atribuidos a un deterioro de las variables económicas, aumento de las importaciones, un aumento en el endeudamiento externo y bajo nivel de las reservas internacionales

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