El gozo se fue al pozo, o casi, ya que las reacciones matutinas que se daban en las bolsas del mundo se redujeron notablemente o incluso se tornaron en un pequeño desliz, como en el caso del promedio Dow Jones.
Por supuesto que influyeron varios factores, pero uno de los principales fue una estrepitosa caída en los precios del petróleo: el crudo WTI se desplomó 4.55 por ciento a 81.84 dólares por barril, su nivel más bajo desde fines de junio del 2012.
La noticia subyacente fue un pronóstico de la Agencia Internacional de Energía de una perspectiva de menor consumo de crudo en el mundo, debido a las disminuidas expectativas económicas globales.
Así, el apetito inicial por los precios castigados de las acciones se atenuó apreciablemente.
En México, el índice de precios de la bolsa de valores concluyó con un aumento de 0.21 por ciento, al quedar en 43 mil 179.85 unidades. La bolsa acumulaba un desplome de 7.05 por ciento, entre su récord del 8 de septiembre y su cierre del lunes. De manera que la reacción parece exigua. Cambiaron de manos 297.2 millones de acciones por medio de 137 mil 615 operaciones.
Debe notarse, sin embargo, que el balance de las emisoras negociadas fue negativo, subieron 42, bajaron 61, y 10 no variaron, de un total de 113 emisoras que entraron a remate.
En Wall Street, el índice Dow Jones terminó con un marginal desliz de 0.04 por ciento a 16 mil 315.19 puntos, mientras que el índice S&P 500 reflejó un tibio incremento de 0.16 por ciento a mil 877.70 unidades. En la bolsa Nasdaq el rebote fue de 0.32 por ciento a 4 mil 227.17 enteros.
Los reportes de las empresas en Estados Unidos jugaron su parte, pero los resultados trimestrales fueron mixtos, lo que provocó reacciones ídem en Wall Street.
Entre las acciones que beneficiaron a la BMV estuvieron Cemex, AMX, y Ohlmex, con ganancias respectivas de 0.92, 0.98 y 3.27 por ciento. En cambio, frenaron el avance los papeles de Walmex, con una reducción de 1.20 por ciento.