Los futuros del cobre en Nueva York subieron después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, dijera que planeaba implementar un arancel al cobre del 50 por ciento a las importaciones, una medida que probablemente provocará repercusiones masivas en la cadena de suministro a través de los mercados mundiales de metales.
Los contratos en el Comex subieron hasta un 17 por ciento este martes 8 de julio, un aumento récord en un día, antes de caer más de un 4 por ciento en las primeras operaciones del miércoles. El precio de Nueva York impuso una enorme prima del 24 por ciento frente a los futuros equivalentes en Londres, el mercado que fija los precios de referencia globales.
El precio de Nueva York se negociaba a 5.5085 dólares por libra a las 8:23 horas en Shanghai el miércoles, mientras que el cobre en la Bolsa de Metales de Londres bajaba un 1.7 por ciento a 9 mil 627 dólares por tonelada.
Si los aranceles al cobre se afianzan, se espera que las medidas impongan mayores costos a un amplio sector de la economía estadounidense debido a la gran cantidad de industrias y aplicaciones que dependen del cobre. Este metal se utiliza en todo tipo de productos, desde la electrónica de consumo y los automóviles hasta la construcción de viviendas y los centros de datos.
Mientras tanto, es probable que se produzcan dislocaciones en el mercado dadas las importantes primas estadounidenses. Los operadores han estado enviando volúmenes récord de cobre a Estados Unidos en los últimos meses para anticiparse a cualquier posible implementación de aranceles, y el nuevo aumento en los precios del Comex creará un incentivo adicional para mover rápidamente los últimos envíos de metal allí antes de que se introduzcan los gravámenes.
“A corto plazo, el precio subirá significativamente porque el mercado esperaba una tarifa más baja”, afirmó Juan Carlos Guajardo, fundador de la consultora Plusmining. “Por lo tanto, habrá mucha demanda antes de que la tarifa entre en vigor”.
La directiva de Trump llega en un momento en que Estados Unidos y el resto del mundo prevén un drástico aumento de la demanda de este metal industrial durante la próxima década. Centros de datos, fabricantes de automóviles, compañías eléctricas y otros sectores recorren el mundo en busca de materias primas para aumentar la producción de vehículos eléctricos y la capacidad de la red eléctrica. La modernización de los sistemas de energía y transporte para que funcionen con energías renovables requerirá mucho más cobre del que las empresas que lo producen se han comprometido a suministrar.
La industria mundial del cobre se ha estado preparando para los aranceles desde febrero, cuando Trump ordenó al Departamento de Comercio que justificara su imposición por motivos de seguridad nacional como parte de una revisión bajo la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial. Los planes han encontrado resistencia por parte de los fabricantes, que dependen en gran medida de las importaciones.
Los últimos comentarios de Trump se produjeron el martes durante una reunión con periodistas.
“Creo que el arancel al cobre lo elevaremos al 50 por ciento”, dijo Trump en respuesta a la pregunta de un periodista durante una reunión del Gabinete.
El secretario de Comercio, Howard Lutnick, hablando con CNBC poco después de la reunión del Gabinete, dijo que la investigación de su departamento sobre el cobre había concluido y que esperaba que el impuesto “probablemente se implementara a fines de julio, tal vez el 1 de agosto”.
“El cobre está terminado. Hemos concluido nuestro estudio”, dijo Lutnick. “Le hemos entregado el estudio al presidente. El presidente sabe que tiene la capacidad, dado que hemos estudiado el mercado del cobre, de fijar la tarifa de mercado para el cobre”.
Los comentarios de Lutnick desviarán la atención hacia cómo será la industria del cobre una vez que esos aranceles entren en vigor.
Los analistas de Morgan Stanley dijeron que la última decisión de aranceles de Trump apoyará precios más altos del cobre en Comex, ya que reflejarán el costo de traer el metal a Estados Unidos, aunque una acumulación en los inventarios internos debería suavizar el impacto en el corto plazo.
Aún quedan muchas preguntas pendientes para el mercado, incluyendo el cronograma exacto de los posibles aranceles. La industria también espera más detalles sobre los tipos de envíos de cobre que se verían afectados y si habrá exenciones.
Los funcionarios mineros de Chile, por lejos el mayor exportador de cobre a Estados Unidos, se encuentran entre quienes esperan detalles.
Chile, y en particular la estatal Codelco, sería el productor más afectado, dado que el país representa alrededor de 500 mil toneladas métricas del total de 700 mil toneladas de metal refinado que Estados Unidos importa anualmente. De esa cantidad, solo Codelco exporta alrededor de 350 mil toneladas.
Al ser consultado sobre las observaciones del 50 por ciento, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile señaló que aún no existe una orden ejecutiva relativa a una investigación del Departamento de Comercio sobre los aranceles al cobre, y que Chile aún no ha recibido notificación de ninguna decisión. Asimismo, el presidente de Codelco, Máximo Pacheco, afirmó que es prematuro sacar conclusiones.
Aun así, es probable que los precios del Comex se enfríen después de que entren en vigor los aranceles estadounidenses y disminuya el frenesí por enviar el metal a las costas estadounidenses.
Estados Unidos consumió alrededor de 1.6 millones de toneladas de cobre refinado el año pasado, según el Servicio Geológico de Estados Unidos. Si bien cuenta con importantes minas, que produjeron unas 850 mil toneladas de cobre primario el año pasado, aún depende de las importaciones de aliados comerciales clave para cubrir esta demanda. Chile es la principal fuente de importación, con el 38 por ciento del volumen total de importación, seguido de Canadá con el 28 por ciento y México con el 8 por ciento. Las importaciones netas de cobre representan el 36 por ciento de la demanda, según un estudio de Morgan Stanley.
Aranceles al cobre encarecerán productos en EU
Fabricantes estadounidenses ya han advertido que los aranceles podrían perjudicar los esfuerzos de Trump por revitalizar la industria nacional y contrarrestar el poderío manufacturero de China.
“Cualquier restricción a las importaciones estadounidenses de cátodos de cobre solo redirigiría el suministro de cobre a China”, advirtió en abril un representante de Southwire Company LLC, uno de los principales importadores del país, en una carta dirigida al Departamento de Comercio.
“Al mismo tiempo, los productores estadounidenses se enfrentarían a una escasez importante, especialmente a corto y medio plazo, ya que la producción nacional no puede aumentar lo suficientemente rápido para compensar el déficit”, añadió.
Pese a estas advertencias, el secretario de Comercio, Howard Lutnick, declaró el martes a CNBC que su oficina había concluido la investigación solicitada por Trump, y que ahora la decisión sobre los aranceles queda en manos del presidente.
Un alivio temporal para los fabricantes es que, por ahora, hay suficiente cobre disponible en el mercado estadounidense, aunque a precios muy elevados.
Los comerciantes han estado enviando volúmenes récord de cobre al país para aprovechar los diferenciales, lo que ha llevado a que las existencias en los almacenes del Comex superen las de la Bolsa de Metales de Londres y la Bolsa de Futuros de Shanghái combinadas.