Actualmente, se revisa el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a Cooperativa Pascual, que pidió ayuda ante el aumento de precios a bebidas azucaradas, además de ser una empresa mexicana con gran historia incluida la de la famosa bebida Boing.
Y es que la Cooperativa Pascual, que incluso ‘peleó’ con Disney por la imagen del pato, argumenta que sus bebidas azucaradas se realizan de formas que benefician a productores mexicanos y se comprometieron a reducir el contenido calórico en sus productos.
La historia de Boing, el ‘juguito’ en respuesta a los refrescos transnacionales
El origen del Boing, que nació con el emblemático sabor de guayaba, no nació como un simple jugo: fue la respuesta de un empresario mexicano al dominio de las empresas transnacionales de refrescos en el mercado mexicano que había en los años 50 y 60.
De acuerdo con el estudio publicado en Scielo De Coca-Cola a Vampi-Cola de María del Pilar Zazueta (Columbia University), Rafael Jiménez —fundador de la antes llamada empresa Pascual S.A.— interpretó el entonces creciente rechazo popular hacia las gaseosas extranjeras como una oportunidad de negocio. Vio un hueco en el mercado: bebidas con identidad nacional y base de fruta real.
La marca Boing, creada en 1963 tras años de experimentación interna, fue el resultado directo de esa visión y, como resultado, nació una de las bebidas que, hasta hoy en día, son un clásico en las taquerías de México.
A inicios de los 50, Jiménez intentó competir con los refrescos sabor cola con el producto Mexi-Cola. Aunque tuvo buena recepción, dependía de jarabes importados, lo que lo hacía poco competitivo. Esto, lo obligó a replantear su estrategia: producir maquinaria e insumos en México.
Según relata Zazueta, Jiménez reclutó al ingeniero Rafael Chávez Teixeiro y al Instituto Politécnico Nacional para crear sabores basados en frutas mexicanas en lugar de usar concentrados artificiales. De este modo, nacieron los primeros productos de guayaba, mamey, guanábana, tejocote y tamarindo, unos aún vigentes aunque otros ya no existen.
Hacia finales de los 70, Pascual incorporó un discurso inspirado en médicos y críticos de Coca-Cola para promover sus bebidas. Sus anuncios destacaban que el jarabe se producía en México “con jugos y pulpas de frutas mexicanas” y que cada compra beneficiaba al campo nacional y que, de este modo, se beneficiaba mucho más al país.
Boing, el gran pionero en México del salto a la era del envasado ‘Tetra Pak’
De acuerdo con la historia de Cooperativa Pascual, en los años 60 la empresa consiguió la exclusividad de la patente de Tetra Pak para envasar Boing, lo que profesionalizó la distribución del jugo y permitió su expansión.
El Boing de guayaba, junto con otros sabores, se volvió un clásico urbano gracias a su practicidad, larga vida de anaquel y precio accesible.
Actualmente, la cooperativa produce jugos, néctares, agua purificada y refrescos, manteniendo a Boing como su marca insignia. Su catálogo incluye Boing más fruta, Agua Pascual, bebidas sin gas y otras líneas que mantienen la esencia original: aprovechar frutas mexicanas para crear una alternativa fresca, natural y económica.
El Boing de guayaba —nacido como parte del esfuerzo por independizarse de insumos extranjeros y fomentar la producción nacional— permanece como uno de los sabores más simbólicos del consumo popular en México.
El polémico Pato Pascual: la jugada legal que desafió a Disney
Antes de que existiera el Boing como lo conocemos, Rafael Jiménez protagonizó un capítulo peculiar de la publicidad mexicana: adoptó la imagen del Pato Pascual, inspirado en el Pato Donald, para impulsar su marca.
Documentos citados por Zazueta explican que, en los años 40, Walt Disney demandó a Jiménez en México. El empresario argumentó que la caricatura aparecía en periódicos desde 1936 y no había sido registrada a tiempo, lo que la volvía de dominio público.
La justicia mexicana falló a favor de Pascual. La figura se mantuvo por décadas hasta que, finalmente, en 2007 la cooperativa retiró de manera definitiva al personaje.






