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‘Preparé tortillas y mole’: La vez que Benedicta Alejo, cocinera tradicional, hizo comida en el Vaticano

Benedicta Alejo viajó a Roma con maíz, ceniza, cal, leña, metates y su molcajete para poder preparar platillos de la gastronomía michoacana tradicional.

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La cocinera tradicional Benedicta Alejo aprendió a cocinar quelites desde que tenía 6 años, gracias a su abuelita. (Foto: Cuartoscuro)

Un día de diciembre, la cocinera tradicional Benedicta Alejo tomó su cazuela de barro llena de mole con carne de conejo recién preparado, la puso sobre su cabeza y salió caminando rumbo a la Plaza de San Pedro en el Vaticano.

Una escena tan común en su localidad en San Lorenzo, Michoacán, pero poco tradicional para los habitantes de Roma, quienes detenían a la mexicana en la calle para pedirle fotografías y le preguntaban qué llevaba en la olla.

Pero Benedicta Alejo Vargas tenía prisa, estaba ahí con un solo objetivo: llevar sus preparaciones al Vaticano para que el entonces papa Benedicto XVI probara los platillos de la gastronomía mexicana tradicional, específicamente, de la cocina michoacana.

“Me sentí muy contenta de ir a saludar al papa, me dio una bendición”, recuerda la cocinera Benedicta Alejo sobre aquella ocasión, la cual ocurrió en 2012, pero que ella tiene tan presente como si hubiese sucedido ayer.

¿Quién es la cocinera Benedicta Alejo?

Benedicta Alejo es una cocinera originaria de San Lorenzo, Michoacán. Su vida quedó marcada por el fallecimiento de su papá cuando ella tenía 3 años, ya que su mamá se dedicó a la venta de carne, un ingrediente que a ella no le gustaba.

La cocinera compartió para Fogones MX que fue por este motivo decidió ir a vivir con su abuelita, de quien aprendió todo lo que sabe sobre la cocina tradicional mexicana, además disfrutaba al máximo las preparaciones, pues utilizaba solo verduras.


Para el desayuno su abuelita le solía dar un atole hecho con trigo y aguacate, la preparación le gustaba tanto que fue la primera bebida que ella aprendió a preparar, además, desde muy pequeña sabía utilizar diferentes ingredientes.

Desde los seis años me enseñé a usar quelites, hongos, maíz y chiles para preparar moles, atápakua y nacatamales”, compartió en entrevista con Fundación Tortilla de Maíz Mexicana.

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Benedicta Alejo comenzó a cocinar con el objetivo de mantener a sus hijos. (Foto: Captura de pantalla)

Benedicta Alejo guardó todas las recetas que su abuelita le enseñó en su memoria y las utilizó años después, pues luego de casarse, su esposo se enfrentó a fuertes dolores en sus piernas que lo imposibilitaban para trabajar.

“Me preocupaba mucho por mis hijos, ahí empecé a vender tacos de barbacoa, carne de puerco, chicharrón, menudo, para mantenerlos”, compartió con Fogones MX, hasta que un día su cuñada la invitó a ir a una feria gastronómica en Uruapan.

Su esposo se mostró inconforme de forma inicial, pero luego accedió a que ella fuera. Sus guisados fueron un éxito, a las 2:00 de la tarde ya había acabado de vender todo, por lo cual continuó yendo a Uruapan a vender.

¿Cómo llegó la cocinera tradicional Benedicta Alejo al Vaticano?

Tras esta experiencia, la Secretaría de Turismo de Uruapan buscó a Benedicta para proponerle ir a cocinar a otro evento, pero esta vez en Pátzcuaro, lo que fue complicado para ella, ya que no hablaba español.

“Hasta quería llorar, yo no sabía que significaba tortilla y quelite, nada más sabía sí y no. Siempre me ayudó mucho el organizador de Uruapan”, compartió. A pesar de ello, salió avante y siguió participando en otros eventos.

Hasta que llegó uno de los más especiales para Benedicta: un viaje a Roma para cocinar en un evento llamado “Navidad Mexicana en el Vaticano”, en donde formó parte de la delegación michoacana que presentó al papa una muestra gastronómica.

“De aquí de Michoacán nos llevamos diferentes maíces, ceniza para hacer el nixtamal, cal, leña, piedras para hacer la parangua (el fogón), desde aquí llevamos todos los metates, los molcajetes, petates, ollas, el comal, todo”, recuerda.

Benedicta Alejo comentó que pensó que no la dejarían subir al avión con su ropa tradicional; sin embargo, la trataron muy bien e incluso le dieron un asiento en primera clase.

Al llegar se instalaron en una casa detrás del Vaticano, en donde prepararon el nixtamal para hacer las tortillas, en un mercado cercano compraron los conejos para el mole por 36 euros (769.36 pesos) y elaboraron los platillos.

Los padres y cardenales nos ayudaron a lavar el nixtamal, llevarlo, en todo nos apoyaron”, recuerda Benedicta, a quien le pareció una experiencia inigualable haber cocinado para el papa.

¿Qué le cocinó Benedicta Alejo al papa?

El menú que Benedicta le dio al papa Benedicto XVI fue variado e incluyó platos fuertes y algunas bebidas dulces, según compartió con Fogones MX.

“Preparé corundas de 7 picos (un tipo de tamal), tortillas de tres colores con maíz rojo, azul y blanco; atole de tamarindo y durazno, mole de conejo y mole de queso”, comentó.

Cuando terminaron de hacer todo, llevó una de las ollas de barro en su cabeza desde la casa hasta el Vaticano: “Hay un semáforo en la esquina para dar vuelta hacia el vaticano. Ahí ya no podía caminar porque llegaba gente, las que andaban a pie, paraban los coches para tomar fotos, me preguntaban que es lo que llevaba en la cazuela”, recordó para Cuasar TV.

En su visita al Vaticano, Benedicta tuvo la oportunidad de saludar al papa, quien le dio un rosario y la bendijo: “estaba bien emocionada. Temblaba, sentí como que ya no escuchaba nada”, afirmó.

Este suceso le abrió las puertas para ser parte de otros eventos sin perder su objetivo primordial: el rescate de las recetas michoacanas tradicionales, ya que incluso continúa yendo al monte para conseguir la materia prima que utiliza en sus recetas, de acuerdo con la Secretaría de Turismo de Michoacán.

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