Una taza de café por la mañana... una costumbre que muchos tienen y que, más allá de un ritual o una costumbre, es un ‘apapacho’ y un momento de tranquilidad y para ‘cargar pilas’ de cara a una nueva jornada.
Hasta el momento, se tiene amplio conocimiento de los efectos estimulantes que tiene el consumo de cafeína sobre el sistema nervioso central.
Esto se puede ver reflejado en la reducción del cansancio y la fatiga o la mejora del rendimiento tanto físico como mental. A nivel químico, la cafeína aumenta la liberación de dopamina y noradrenalina, las cuales impactan de manera inmediata en la forma en que nos sentimos.
Sin embargo, estos resultados generalmente se obtienen en entornos de laboratorio y con ambientes controlados, pero ¿cuáles son las implicaciones que tiene el consumo de cafeína en el estado emocional a lo largo del día y considerando todas las variantes como el cansancio y el contexto social? Un grupo de investigadores se preguntó lo mismo y, a continuación, te contamos qué es lo que hallaron.
¿Cómo afecta el consumo de café en el estado emocional a lo largo del día?
La investigación La asociación del consumo de cafeína con el afecto positivo, pero no con el afecto negativo, cambia a lo largo del día, un artículo publicado en la revista científica Nature, estudió la influencia de la cafeína en la experiencia emocional de las personas en la vida cotidiana.
Los investigadores recogieron las muestras de dos grupos de personas que sumaron 236 participantes, quienes les entregaron más de 28 mil encuestas para posteriormente ser analizadas.
Los hallazgos de Justin Hachenberger, Yu-Mei Li, Anu Realo y Sakari Lemola, publicados este mismo mes, indicaron que “la ingesta de cafeína se asoció con incrementos posteriores en el afecto positivo”, es decir, de la experiencia prolongada y general de emociones agradables, como la alegría, el entusiasmo, la satisfacción o el amor.
Esto, especialmente durante las primeras dos horas y media primeras horas después de despertar, ya que otros factores variables que consideraron, como el cansancio y contexto social que tiene cada quien, pueden moderar estos efectos.
“Los resultados de este estudio ESM (realizado mediante el Método de Muestreo de Experiencias) sugieren que la cafeína podría desempeñar un papel importante en la modulación de los estados afectivos en la vida cotidiana”, según presumen.
Esto, sin embargo, no quiere decir que se inhiban otro tipo de emociones. De acuerdo con los investigadores, no hallaron pruebas de “las disminuciones en el afecto negativo”, es decir, con emociones como tristeza, enojo, ansiedad o tensión. En otras palabras, no encontraron una disminución de un estado de ánimo negativo con el consumo de cafeína.
Cabe destacar que el consumo de cafeína, utilizada por casi el 80 por ciento de la población en el mundo, no sólo se encuentra en el tradicional café, sino que también está presente en otros productos comunes como el té, refrescos y las recientemente populares bebidas energéticas, así como en alimentos como el chocolate.
Otros de los efectos asociados con su uso, expuestos por los científicos, incluyen “la reducción del cansancio y la fatiga, la mejora del rendimiento cognitivo y físico, y un cambio positivo en el estado de ánimo”.
Sin embargo, no siempre la cafeína tiene efectos positivos... o no todas las investigaciones apuntan a beneficios. Otro artículo publicado en Nature demuestra que la administración de cafeína después de un proceso cognitivo provoca un “deterioro general en el rendimiento de reconocimiento”, lo cual aleja a la sustancia de “la idea de la cafeína como un potenciador general de la cognición”, es decir, de las capacidades para adquirir, procesar, almacenar y utilizar información.