Factor Fintec

La tendencia de la digitalización financiera

Las fintech han encontrado una gran oportunidad para su desarrollo a través de sus productos y servicios, que son más accesibles, rápidos y convenientes que las de los bancos tradicionales.

Entre 2021 y 2024, el uso de aplicaciones móviles para realizar operaciones pasó del 54.3 por ciento al 69.1 por ciento, lo que refleja la adopción de soluciones remotas. (Especial)

La inclusión financiera se refiere al acceso de personas y empresas a productos y servicios útiles y accesibles que satisfacen sus necesidades de eficaz y segura como transferencias, pagos, ahorros, créditos y seguros. Bajo este contexto, las empresas de tecnologías financieras (fintech) han emergido como una fuerza transformadora con soluciones innovadoras y accesibles.

La realidad de la exclusión financiera es un desafío global, particularmente en las economías en desarrollo como la nuestra porque existen sectores de la población con bajos ingresos, habitantes de zonas rurales con un acceso limitado a la tecnología y donde las mujeres también sufren de marginación por cuestiones culturales.

Las principales barreras se concentran en la falta de infraestructura bancaria, costos elevados de los servicios financieros tradicionales, requisitos de identificación o documentos difíciles de obtener y la desconfianza hacia los sistemas bancarios. Es aquí donde las fintech han encontrado una gran oportunidad para su desarrollo a través de sus productos y servicios, que son más accesibles, rápidos y convenientes que las de los bancos tradicionales.

De acuerdo con el resultado de la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) 2024 elaborado por la CNBV, la inclusión financiera, en su forma más elemental, considera a las personas que cuentan con un producto financiero otorgado por una institución regulada y supervisada a través de cuatro instrumentos: 1) la cuenta de captación de cualquier institución financiera regulada, 2) el crédito formal (las tarjetas departamentales, de crédito u otros productos ofrecidos por instituciones financieras, 3) el seguro y 4) la cuenta de ahorro para el retiro o Afores. Con base en esta segmentación, se estima que el 77 por ciento de la población adulta en el país cuenta con al menos uno de estos instrumentos financieros.


A pesar de que las sucursales son el principal canal para contratar los productos, hay un ascenso positivo en las plataformas digitales, que son utilizadas por el sector poblacional de 18 a 29 años, lo que representa un incremento del 19 por ciento; esta preferencia también se ha incrementado entre las mujeres y los grupos en situación de vulnerabilidad.

La digitalización de pagos es una tendencia en pleno crecimiento, ya que entre 2021 y 2024, el uso de aplicaciones móviles para realizar operaciones pasó del 54.3 por ciento al 69.1 por ciento, lo que refleja la adopción de soluciones remotas proporcionadas por las fintech; además del aumento en el uso de tarjetas (crédito o débito) y transferencias electrónicas, reflejando una disminución del efectivo como medio de pago.

El crecimiento del ecosistema fintech en México no solo es vertiginoso, sino también estratégico: se ha sabido aprovechar la digitalización para ofrecer soluciones accesibles, ágiles, sencillas, confiables y centradas en el usuario, cuyo perfil no cumplía con los requisitos de un sistema bancarizado de la década pasada.

Hoy más que nunca las fintech se perfilan como aliadas indispensables para cerrar las brechas de acceso al sistema financiero, el reto será seguir innovando sin perder de vista la equidad, la conectividad, el acceso remoto a los servicios y la protección de datos del usuario. De lograrse, podría iniciarse una verdadera inclusión financiera en todo el país.

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