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¡Ni los ángeles ayudan! Ventas de Victoria’s Secret se desploman: ‘Tenemos que volver a los bras cómodos’

Victoria’s Secret vive su mayor crisis en una década. Su nueva CEO, Hillary Super, promete salvar la marca con bras cómodos y una redefinición de lo sexy.

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En 2025, la estrategia de Victoria’s Secret busca vender comodidad con actitud, más que fantasías inalcanzables. (Bloomberg / Shutterstock)

Ni los ángeles más glamurosos como Adriana Lima pudieron detener la caída! Victoria’s Secret, aquella marca que durante años dictó lo que era sexy, atraviesa una de sus peores crisis.

Tras perder más de la mitad de su valor de mercado en apenas cuatro años y con ventas a la baja, la nueva directora general de Victoria’s Secret, Hillary Super, tiene un mensaje claro: “Tenemos que volver a vender bras cómodos”.

Sí, la misma empresa que un día nos convenció de que “menos era más” con su ‘push-up’ bra que aumentaba dos tallas con solo ponérselo, ahora se aferra a lo básico: Modelos que apuestan por la comodidad, el soporte y la inclusión.

Victoria’s Secret busca resucitar en un mundo donde el glamour ya no se vende igual.

¿Por qué Victoria’s Secret pierde su encanto?

Durante los 2000, Victoria’s Secret no vendía ropa interior: vendía una fantasía. Con desfiles llenos de alas, diamantes y supermodelos, la marca dominó el mercado de lencería y llegó a controlar un tercio de las ventas en Estados Unidos. Pero ese imperio comenzó a tambalear cuando las nuevas generaciones dejaron de comprar la idea de la “mujer perfecta”.

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Rihanna lanzó la marca de lencería Savage X Fenty en 2018 y desde entonces le ha robado mercado a Victoria's Secret. (Kevin Mazur/Photographer: Kevin Mazur/Getty )

Marcas como Savage X Fenty, de Rihanna, y Skims, de Kim Kardashian, entendieron antes que la sensualidad no tiene talla ni edad. Mientras ellas hablaban de empoderamiento y diversidad, Victoria’s Secret seguía atrapada en su túnel de luces tenues y cuerpos irreales.


Para 2019, el panorama era claro: los ángeles de Victoria’s Secret habían caído desde el cielo. De la mano, las ventas cayeron a poco más de 6 mil millones de dólares, desde los 8 mil millones que registraban en sus mejores años.

¿Y lo peor? La línea de belleza y fragancias de Victoria’s Secret comenzó a vender más que los bras, el producto que originalmente la hizo famosa.

Hillary Super: la nueva ‘ángel’ que busca redimir la marca

Para enfrentar el desastre, Victoria’s Secret fichó a Hillary Super, una veterana de la industria con experiencia en Gap, Anthropologie y, recientemente, en Savage X Fenty, la marca rival que reinventó la forma de vender lencería. Su llegada levantó expectativas, e incluso el precio de las acciones subió 15 por ciento cuando se anunció su contratación.

Pero el reto es monumental. Victoria’s Secret ha perdido cerca del 27 por ciento de su valor en lo que va del año, y los inversionistas se preguntan si no será demasiado tarde para salvar el glamour de antaño.

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Hillary Super es la nueva CEO de Victoria's Secret. (Jamie McCarthy/Photographer: Jamie McCarthy/Get)

“Los bras son el corazón emocional de nuestro negocio. La dirección de los bras es la dirección de la compañía”, dijo Super en entrevista con Bloomberg.

Con ese mantra, Hillary Super lanzó una reconstrucción total de la marca, que va desde los diseños hasta la atmósfera de las tiendas. Se acabaron los techos oscuros y las luces tipo burdel de lujo: Ahora predominan los tonos rosa pálido, los espacios abiertos y los mensajes positivos.

Del ‘push-up’ al ‘barely there’: La era del bra cómodo

La nueva apuesta de Victoria’s Secret se centra en líneas como FlexFactor y Featherweight, descritas como “tan ligeras que apenas se sienten”. Se trata de bras diseñados para mujeres que quieren soporte sin sacrificio, con estilos deportivos, suaves y funcionales.

En pocas palabras: el nuevo mantra no es “más sexy”, sino “más real”.

“Antes había una sola definición de sexy. Ahora es diferente para cada mujer”, dijo Super. “La confianza es sexy”.

Y aunque algunos analistas la acusan de “falta de rumbo estratégico”, otros ven en esta reinvención una oportunidad para conectar con una generación que busca comodidad, inclusión y autenticidad.

Los demonios que persiguen a Victoria’s Secret

La caída de Victoria’s Secret no se debe solo a un cambio de gusto. La marca cargó con escándalos internos que mancharon su reputación: desde acusaciones de acoso laboral hasta los vínculos del antiguo CEO, Les Wexner, con Jeffrey Epstein, condenado por abuso sexual.

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Así es la participación de Victoria's Secret en el mercado de la lencería. (Bloomberg)

Ese fue el verdadero golpe a su imagen: la empresa que durante años predicó la perfección femenina resultó tener un lado oscuro.

En 2019, la marca canceló su icónico desfile, símbolo de su imperio, y sus famosos “ángeles” desaparecieron de la pasarela. Lo que alguna vez fue sinónimo de glamour global se volvió un recordatorio incómodo de los excesos del pasado.

El regreso del desfile: entre la nostalgia y la reinvención

Este año, el Victoria’s Secret Fashion Show regresa por segundo año consecutivo tras una pausa de cuatro. Pero el reto es mayúsculo: ¿cómo mantener vivo un espectáculo que muchos consideran anticuado?

La producción costará entre 35 y 40 millones de dólares, y aunque Super promete un show “más inclusivo y matizado”, la promoción sigue fiel al ADN de la marca: Modelos en lencería negra y alas gigantes de plumas.

“Más glamour. Más bombshells. Y ahora, más sexy que nunca”, dice el eslogan del nuevo desfile.

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Taylor Hill recorre la pasarela durante el Victoria's Secret Fashion Show 2024, realizado en Nueva York. (Dimitrios Kambouris/Photographer: Dimitrios Kambouri)

Incluso Adriana Lima, una de las Ángeles originales, volverá para su vigésimo desfile. La mezcla entre nostalgia y reinvención será clave: Si logra captar atención sin caer en lo retrógrada, podría ser el empujón que necesita la marca para levantar vuelo.

De los cielos al suelo (y quizá de regreso)

En su momento, los desfiles de Victoria’s Secret llegaban a 12 millones de espectadores. Eran un evento global, con figuras como Heidi Klum, Tyra Banks o Gisele Bündchen, y frases que hoy serían impensables. En 2001, el anfitrión Rupert Everett abrió la transmisión con un chiste que envejeció mal: “La seguridad está apretada… y las chicas también”.

Hoy, la marca intenta escribir una nueva historia. La versión 2025 de Victoria’s Secret busca vender comodidad con actitud, más que fantasías inalcanzables.

El modelo Featherweight, por ejemplo, se volvió tan popular que en julio lanzaron una versión con escote más profundo para usar bajo camisetas o blusas. El objetivo es que las mujeres lo vean como un bra para todos los días, no solo para ocasiones especiales.

¿Funciona el rebranding de Victoria’s Secret?

Los primeros resultados parecen alentadores. En el último trimestre, Victoria’s Secret mejoró su pronóstico anual y reportó su mejor desempeño en tres años. Las ventas de bras fueron el punto más fuerte, y el FlexFactor logró atraer clientas de regreso a las tiendas.

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El rebranding de Victoria's Secret incluye cambios en sus tiendas. (Bloomberg)

“Simplemente me encanta la tienda”, dijo Alia Durlinger, de 23 años, mientras compraba en la sucursal de la Quinta Avenida. “Sí noto un cambio, especialmente para tallas grandes y otros tipos de cuerpo”.

Puede que los ángeles no estén de vuelta en el cielo, pero parece que al menos ya encontraron el camino al probador.

Victoria’s Secret vs. sus rivales: ¿quién lidera lo sexy en 2025?

La batalla por dominar el mercado de la lencería ya no depende solo de quién tiene más alas, sino de quién entiende mejor a la mujer moderna.

Y en ese cielo competitivo, Victoria’s Secret tiene que demostrar que no basta con tener ángeles. También se necesitan mujeres con los pies en la tierra, caminando rumbo al probador.

Con información de Bloomberg.

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