Julio Alberto Arreola, alcalde de Pátzcuaro, Michoacán, denunció hace dos meses ante la Fiscalía estatal las amenazas que recibió a través de mensajes y llamadas telefónicas.
Afirmó que por las amenazas en su contra solicitó apoyo del Gobierno federal para contar con la presencia de elementos de la Guardia Nacional. A Pátzcuaro fue asignado un contingente de 50 elementos, que poco después fue retirado y enviado a otro municipio.
Negó que después del asesinato de Carlos Manzo, alcalde de Uruapan, haya recibido nuevas amenazas, aunque consideró este hecho como el reflejo de la inseguridad que se vive en varias regiones del estado.
“Hemos recibido amenazas, no recientes y no relacionadas con los hechos que sucedieron lamentablemente este 1 de noviembre. Hace un par de meses recibimos algunas amenazas vía mensajes y llamadas telefónicas; en su momento lo comunicamos, nos sugirieron presentar una denuncia ante la Fiscalía de Michoacán, e hicimos lo propio”, comentó en entrevista con Azucena Uresti.
“Solicitamos que hubiera presencia de los elementos de la Guardia Nacional en el municipio y es lo que hemos venido trabajando. Nos dieron protección al municipio por un tiempo, después retiraron a los elementos, precisamente para llevárselos a otros municipios que estaban en mayores situaciones de conflicto. Asignaron un grupo de 50 elementos”, recordó el alcalde de Pátzcuaro.
Precisó que actualmente cuenta con seguridad personal integrada por elementos de la Policía Estatal y Municipal, quienes le fueron asignados tras recibir las amenazas.
Al igual que Carlos Manzo, Julio Alberto Arreola busca que elementos castrenses apoyen en las labores de seguridad del municipio y que sean los integrantes de la Guardia Nacional quienes se encarguen de vigilar las entradas antes de que ocurra un hecho lamentable.
“Yo traigo escoltas que nos proporcionó el Gobierno del Estado, hace ya tiempo, de la Policía Estatal y de la Policía Municipal; son tres elementos nada más (...) Lo que nosotros queremos como municipio es precisamente estar más resguardados, apoyados. Vigilar entradas y salidas para evitar una situación que lamentar y que la población se sienta segura”, precisó.
Reconoció que Pátzcuaro no enfrenta un problema de inseguridad como otros municipios de Michoacán, pero advirtió que eso no debe traducirse en desatención o desprotección para la población. Recordó que en muchos casos los miembros del crimen organizado portan armas de mayor calibre que las autoridades municipales, lo que los deja en desventaja al momento de responder a una agresión o atender una alerta de la ciudadanía.







