El olor a podrido se extendía el miércoles varios kilómetros alrededor de Poza Rica, una de las localidades más afectadas por las lluvias torrenciales que anegaron el centro y este de México la semana pasada.
En el centro de esta ciudad petrolera del Golfo de México, una persistente nube de polvo flotaba sobre la avenida principal donde los militares trabajan sin parar. Más al este, cerca del río Cazones que se desbordó el viernes, varias calles tienen todavía un metro de agua y lodo sobre el que se acumulan otros dos metros de basura, muebles y escombros.
“Una semana después esto se ve horrible, peor, no hay paso”, lamentaba Ana Luz Saucedo, que huyó como pudo con sus hijos, uno de ellos ciego, cuando les llegó el agua “como mar”. La mujer señaló que “pareciera que fue un tsunami”.
Ahora le preocupan las infecciones porque, según denuncio, además de la basura y el lodo, cerca de su casa hay un cadáver que todavía no ha sido recogido. “El difunto ya se reventó y no han venido por él”.

¿Cuántas personas murieron por las fuertes lluvias e inundaciones en México?
Los daños causados por las lluvias de la semana pasada no dejan de aumentar. Hasta el martes, el gobierno tenía contabilizados 66 muertos, pero 191 localidades siguen todavía incomunicadas, la mayoría en Hidalgo, en una zona montañosa del centro del país donde los helicópteros tienen problemas para llegar debido a la nubosidad constante.
Además, la cifra de desaparecidos sigue subiendo. El miércoles llegaba a las 75 personas, mientras que un centenar que se habían reportado como desaparecidas ya se han ubicado, explicó la presidenta, Claudia Sheinbaum.
En Poza Rica, funcionarios de la Comisión Nacional de Búsqueda, caminaban estos días con el lodo hasta las rodillas, preguntando a la gente casa por casa si les faltaba alguien y registrando casos de personas no localizadas.
Lluvia Santiago, una estudiante de 22 años, afirmó que esos funcionarios permanecen en contacto telefónico diario con su familia, “pero hasta el momento no hemos podido encontrar nada de mi mamá”.
Su madre, Leticia García, fue arrastrada el viernes por el agua que destrozó la central de autobuses donde trabajaba. Un vehículo quedó incrustado en las taquillas. Otros volteados en el estacionamiento.
“Al momento de resguardarse con otros compañeros no le fue posible porque el agua les impactó por la parte de atrás”, señaló la joven. Según le contaron sus compañeros, “la estaban agarrando, pero el agua se la arrebató por completo”.
¿Alertas tardías por las fuertes lluvias en Veracruz?
Las autoridades han atribuido lo ocurrido a la confluencia de varias situaciones atmosféricas —dos sistemas tropicales y un frente frío y uno cálido— justo al final de una fuerte temporada de lluvias que dejó ríos a toda su capacidad, los mantos freáticos totalmente cargados y cerros debilitados.
El gobierno federal alertó de lluvias torrenciales en varios estados, entre ellos Veracruz, desde el pasado jueves. Las autoridades locales informaron de la apertura de albergues esa misma noche y durante la madrugada la cuenta de Facebook del ayuntamiento de Poza Rica fue actualizando cómo el río iba creciendo hasta superar los 8 metros de agua.
Pero algunos vecinos dicen que los avisos llegaron tarde.
“Hay mucha gente que falleció porque no avisaron, la verdad no avisaron”, se quejó la mujer. “Vinieron cuando ya el río se estaba saliendo... pero no fue antes como para que la gente se fuera”.
La presidenta Sheinbaum ha insistido esta semana en que en estos casos no funcionan las alertas como las que se pueden poner en marcha cuando hay huracanes.
Pero reconoció que, una vez concluida la fase de emergencia, tendrán que revisarse los protocolos para ver “qué funcionó, qué es lo que necesitamos mejorar y... saber si hay mejores mecanismos todavía de alertamiento”.
La falta de mantenimiento de los cauces de los ríos también se ha convertido en motivo de polémica. La Comisión Nacional del Agua (Conagua), una entidad del gobierno federal, indicó el martes en un comunicado que hay un “programa integral y permanente de desazolve de ríos, canales y la conformación de bordos de protección en las entidades del país con mayor vulnerabilidad”.
Pero entre las obras realizadas no se habla del río Cazones, que llegó a cubrir algunas zonas de Poza Rica con hasta cuatro metros de agua, una situación que Sheinbaum se comprometió el miércoles a revisar.
El despliegue de soldados, marinos y equipos civiles continuaba en los estados más perjudicados, en algunos puntos día y noche, y funcionarios trabajaban en abrir pasos por las decenas de carreteras que siguen cortadas, restablecer la electricidad donde todavía no hay luz y controlar el estado de las presas, muchas de las cuales pueden suponer un peligro por estar al máximo de su capacidad.
Los voluntarios ayudaban como podían.
“Trajimos mil tamales.. aguas, ropa, todo lo que se juntó en el puerto de Veracruz”, dijo Lorena Montiel, de 42 años, que viajó a Poza Rica de madrugada con otras mujeres que estuvieron por la noche cocinando. “Nos dan las gracias porque (esto) es un rayito de luz... por eso estamos aquí apoyando”.