La quema de gas en instalaciones petroleras del sureste mexicano, práctica conocida como flaring, provoca graves daños en la salud de los recién nacidos y embarazadas, particularmente en zonas de alta actividad petrolera como Tabasco.
Según el estudio de las organizaciones CartoCrítica y el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA), la exposición a la quema de gas aumentó significativamente las malformaciones congénitas, partos prematuros y otros indicadores negativos en neonatos expuestos a la contaminación.
La investigación titulada ‘Impactos a la salud neonatal asociados con la quema y venteo de gas en el Sureste de México’ analizó la región conocida como Cuencas del Sureste, que abarca partes de Tabasco, Veracruz, Chiapas y Campeche, que concentra más del 80 por ciento de la quema de gas fósil a nivel nacional.

¿Cuáles son los riesgos por una alta exposición a la quema de gas, según el estudio?
Los resultados son preocupantes: el riesgo de anomalías cromosómicas se incrementa hasta un 87 por ciento en zonas de alta exposición a la quema de gas.
También se observó un aumento del 84 por ciento en otras malformaciones congénitas, y un 29 por ciento más de probabilidad de parto prematuro. A ello se suman nacimientos con peso, talla y puntaje APGAR bajos.
Para ello se usaron datos oficiales de la Secretaría de Salud sobre más de 420 mil recién nacidos entre 2017 y 2023 en el área de estudio. Se analizó si el nivel de exposición se relaciona con malformaciones y otros indicadores negativos de salud neonatal.
Después, se compararon las tasas de problemas de salud en lugares con más y menos exposición, por medio de una herramienta estadística llamada regresión logística.

Como resultado, se tuvo el riesgo relativo (OR) de que desarrolle un problema de salud al nacer en un área con exposición a los mecheros, con respecto de un área donde no. Aunque, también se tomaron en cuenta el riesgo con otros factores o variables de ajuste negativos de salud neonatal.
De forma específica para el caso de Tabasco, el reporte denuncia que municipios tabasqueños, como Paraíso, se convirtieron en puntos críticos.
Llaman a reubicar escuelas cercanas a refinería
Juan Manuel Orozco, de la organización Conexiones Climáticas, expuso que en localidades como Nuevo Torno Largo se identificaron incluso alteraciones genéticas en menores.
“Es común que los partos ocurran a los siete u ocho meses de gestación. Es escalofriante que en Paraíso haya dos escuelas colindando con la refinería, estas deben ser reubicadas urgentemente. Las madres y padres de familia han notado el rápido deterioro de salud de las niñas y niños de las escuelas”, alertó.
La situación, sostuvo Orozco, exige medidas inmediatas, como la reubicación de las escuelas y la evaluación sanitaria de comunidades enteras.
El equipo de investigadores también controló factores como atención prenatal, educación de la madre, número de embarazos y autoadscripción indígena, lo que refuerza la relación directa entre la exposición ambiental y los efectos adversos.
“La quema de gas libera compuestos tóxicos como benceno, hollín y óxidos de azufre, altamente dañinos para la salud”, explicó Carla Flores, de CartoCrítica.
Mezclas que se asocian con enfermedades respiratorias, cardiovasculares, cáncer y malformaciones congénitas. Además, la quema está asociada con la lluvia ácida que afecta cultivos y cuerpos de agua, que tienen un impacto en la salud y medios de vida de las comunidades cercanas, “convirtiéndose en zonas de sacrificio del sureste mexicano”.
El estudio exige que la quema de gas sea reconocida no solo como un problema ambiental, sino como una emergencia de salud pública que exige respuestas inmediatas del Estado.
Exposición al flaring enferma desde antes del nacimiento: CartoCrítica
Anaid Velasco, del CEMDA, subrayó que los más afectados (mujeres e infancias, muchas veces indígenas) representan sectores históricamente vulnerables.
Manuel Llano, de CartoCrítica, señaló que “las niñas y niños que nacen en zonas con alta quema de gas tienen más probabilidades de nacer con malformaciones o complicaciones de salud. Esta no es una suposición, son datos. La quema de gas enferma desde antes del nacimiento y quienes viven cerca de los mecheros no pueden seguir siendo tratados como zonas de sacrificio. Es urgente que el Estado actúe para proteger la salud y los derechos de estas comunidades”.
Los autores del informe exhortan a la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA) a verificar y hacer cumplir la regulación vigente. Igualmente, urgen al gobierno mexicano a reducir su dependencia de los hidrocarburos y transitar hacia energías limpias.