Con un mural se rinde homenaje a la memoria de Luz Raquel Padilla, una mujer que falleció tras una agresión con alcohol y fuego, en Jalisco.
El memorial se ubica en el cruce de la Avenida Hidalgo y Juan N. Cumplido en Guadalajara, y muestra a Luz Raquel abrazando a su hijo Bruno, un niño de 12 años con síndrome de asperger. Ella encabezaba un movimiento de madres cuidadoras, del grupo Yo te Cuido.
Luz Raquel murió el 19 de julio de 2022, a consecuencia de la agresión de presuntos vecinos con los que habría discutido porque ellos le profirieron insultos y, según versiones, se dio un forcejeo que derivó en lesiones para la activista en el 90 por ciento de su cuerpo.
El Muro de Luz
El mural fue realizado a petición del colectivo Yo te Cuido, y en el acto de debelación estuvieron presentes, la hermana de Luz Raquel y activistas sociales, quienes entonaron canciones y declamaron poemas; después, soltaron palomas blancas.
El mural lo realizaron las artistas Nanshio Saeki, Carlota Vicencio, Ale Poiré, Rebeca Padilla Delfin y Dulce María Tiznado Gutiérrez.
El Muro de Luz es el nombre que dieron a la pieza pictórica, y la activista Dulce María Tiznado dijo que se pretende recordar a Luz Raquel por su lucha antes y después de su feminicidio. “El mural tiene tulipanes que simbolizan el amor sincero, pero además el tulipán forma parte del logotipo de la asociación a la que ella pertenecía: Familias y Retos Extraordinarios A.C.: Bienvenidos a Holanda”.
Además, el mural muestra un personaje vocero que está sentado en una bola de estambre morado, color institucional de Yo Cuido México, colectivo del que también Luz Raquel formaba parte, quien aparece abrazando a su hijo Bruno.

La promotora de Derechos Humanos dijo que la idea central del mural es la exigencia de justicia para ella.
“Luz no tenía acceso a una vivienda segura que le protegiera ante la intolerancia y la violencia en nuestra sociedad, ella era cuidadora 24 horas al día, los 7 días a la semana, Bruno no tenía a su disposición una escuela ni espacios de cuidado de calidad, ni atención integral terapéutica y médica; tampoco tenía acceso a todos los medicamentos que requieren las personas que viven con Autismo y Epilepsia.
“Luz realizaba trabajo de cuidados intensos, extensos y especializados. Por ello, no tenía acceso a un empleo ni a un ingreso digno. Esta situación la tenía confinada a un ciclo vicioso donde la precarización, la pobreza de tiempo y la pobreza monetaria no dejaban alternativas ante un vecindario que violentaba a Bruno por su condición de discapacidad y que violentaba a Luz por ser mujer, pobre y madre jefa de familia con un hijo con discapacidad”.