Entras a un patio en Guanajuato, una ciudad minera sin salida al mar, y observas una playa desde el cielo en la cual se tienden sobre toallas varias personas que no notan tu presencia ni tu desconcierto. Comen, juegan con una pelota con forma de planeta Tierra, se bañan ansiosamente en bloqueador solar y de pronto, empiezan a cantar. Estas son cosas que solo pasan en el Festival Internacional Cervantino (FIC).
Lo que podría parecer una alucinación nocturna por cenar sandía o un sueño de una tarde dominical en la Alameda Centra, como imaginaría el artista guanajuatense Diego Rivera, en realidad es la ópera performance Sun & Sea, ganadora del León de Oro en la 58.ª Bienal de Venecia, uno de los shows que causó más expectativa en el Cervantino 2025.
Veinticinco toneladas de arena, 13 sopranos y artistas locales de la Universidad de Guanajuato se extendieron en el patio de la Casa de Cultura la ciudad del 11 al 14 de octubre en cuatro funciones continuas de 60 minutos en su estreno en México.
¿De qué trata ‘Sun & Sea’?
Desde un barandal del primer piso de la casa, los asistentes al Sun & Sea en el FIC 53 dejaron que esa arena musical alucinante se colara en el pensamiento y también se dejaron llevar por las historias narradas en la ópera, subtituladas en un par de pantallas.
Varios hilos de pensamiento se cantan: la señora que se queja de quienes llevan a sus perros a la playa, una voz angustiada que lee la etiqueta del bloqueador, una más recuerda a su novio fallecido por un calambre en el mar y otras se preocupan por el cambio climático: “Lloré mucho cuando supe que los corales desaparecerán”, “Todo está al revés: mayo con granizo y nieve”.

Rugilė Barzdžiukaitė, Vaiva Grainytė y Lina Lapelytė, las tres creadoras lituanas detrás del proyecto, afirman que el concepto es una ópera fuera del teatro, el comportamiento de los humanos se observa desde arriba, como si fueran “insectos”.
Así, el público se asoma desde las alturas de balcones y pasillos, mientras abajo se desarrolla una coreografía lenta y natural, contada a través del canto, una tormenta de arena musical de confesiones y miedos, mientras, por casualidad planeada o aterradora realidad, el calor de la sala es cada vez más agobiante.

Las reacciones del público a ‘Sun & Sea’
El espectador puede moverse alrededor, como si fuera por la orilla del mar. La repetición es clave: la vida se repite, el ocio se repite, el deterioro ambiental también.
El primer impulso de los asistentes es tomar fotografías y videos con el celular, preguntarle al de al lado de qué trata, luego solo se dejan llevar por esa marea.
El público sale en silencio, algunos conmovidos, otros abrumados, todos acalorados.
“Estoy como sensible. Ya hasta quiero llorar. Yo no tenía bien la idea bien concreta de qué era, pero ahorita que entramos, la verdad, estuvo superbién. Es algo muy natural, es lo que nos pasa. Cada familia, cada persona tiene una historia”, dice María de Los Ángeles García, una de las asistentes.
En tanto, Lucía Cortés Pérez comenta al salir de la Casa de Cultura de Guanajuato: “Trae un mensaje para el cuidado del medio ambiente… es constructivo para hacernos reflexionar sobre la vida que estamos viviendo en el planeta, lo que implica ir a una playa, el tiradero".
Meli, quien acudió desde Tijuana y este es su primer Cervantino, resume su experiencia: “Es para seguir concientizando que tenemos que cuidar este planeta. Me voy con una con otro otro otro cambio”. Su acompañante Sadi agrega: “Te deja sin palabras, conciencia del cambio climático, lo sientes porque estás ahí con todos, lo sientes en los ojos, el calor”.

La ópera como resistencia en el FIC 2025
En el marco del festival Cervantino 2025, que se vive en Guanajuato capital del 10 al 26 de octubre, la presencia de Sun & Sea marcó también una conversación sobre la vigencia del género.
En diálogo con el crítico Gerardo Kleinburg y el director Marcelo Lombardero, se planteó la ópera como un acto de resistencia ante la inmediatez digital: “Sentarse a contemplar una ópera implica una ruptura con la lógica dominante”.

Citado por el FIC 53, Kleinburg destacó que uno de los problemas de la ópera ha sido su distanciamiento de con el público: “el mundo no se entendía con la ópera. Durante un tiempo esta disciplina se ausentó de la programación del Cervantino (...) parecía alejarse al ser considerada un arte difícil. Eso se rompe con la masificación del teatro musical y el cine”.
A su parecer, la disciplina vive una renovación gracias al cruce con otras artes: “La gente ha vuelto a entender que las historias se pueden contar cantando. Hoy la música se revaloriza como recurso de comunicación y vuelve a jugar un papel narrativo importante en redes sociales. Hoy el fenómeno de la ópera empieza a hablar en presente y cuenta con un nuevo elemento: la tecnología".
Consulta aquí la programación completa del FIC 53.