En días pasados, un video viral en redes sociales muestra a una mujer llamada Jessica Radcliffe, entrenadora de orcas, que es supuestamente atacada por una de ellas dentro de un parque acuático, el cual causó conmoción a nivel mundial. ¿Pero qué hay detrás de él?
Así como el video del canguro de apoyo emocional que no dejaron subir a un avión o imágenes de Elton John cantándole a Phil Collins en el hospital, la Inteligencia Artificial (IA) crea imágenes y videos con el que engañan a algunos.
Tal fue el caso del de Jessica Radcliffe y la orca, video creado con IA que rápidamente se hizo viral por la situación que planea. Sin embargo, tras una investigación exhaustiva, se demuestra que la entrenadora nunca existió y el video es producto de la tecnología.
Este caso resalta la necesidad de ser cautelosos al consumir contenido en línea, especialmente en la era de la desinformación.
¿Qué pasa en el video viral de Jessica Radcliffe y la orca?
El clip, de apenas unos segundos de duración, muestra a una mujer presuntamente llamada Jessica Radcliffe, entrenadora de orcas que supuestamente tenía 23 años, dando espectáculo con una de sus ‘pupilas’ en el Pacific Blue Marine Park.
Radcliffe asoma la cabeza sobre el agua y después la levanta la orca del parque acuático en su hocico. Sin embargo, un inesperado final le espera a Jessica, pues el animal abre la boca y regresa al agua con Radcliffe, dando la ilusión de que la devoró.
Entre los gritos del público y compañeros de la joven que miran atónitos y solo se acercan a la orilla de la alberca, el clip se corta abruptamente, dejando muchas incógnitas, como lo que ocurrió con Jessica y la orca.
¿El video viral de la ‘orca asesina’ es real? Las claves para desmentirlo
Muchos dieron por hecho que el video era completamente real. No obstante, al unir las ‘piezas del rompecabezas’, podemos comprobar que es producto de la IA, así como el doblaje y algunas canciones.
El video se desarrolla en un parque acuático llamado Pacific Blue Marine Park, el cual no existe, pues en sitios como el buscador de Google o la aplicación Maps de la misma empresa, no aparece.
Lo más cercano al nombre de Pacific Blue Marine Park, es un conjunto de departamentos llamados Blue Pacific, ubicados en la ciudad de The Entrance, Australia. Evidentemente, no son un parque acuático.

Otra de las claves para desestimar la veracidad del video es que la entrenadora de orcas Jessica Radcliffe no existe. En redes sociales como Facebook e Instagram hay algunos perfiles que supuestamente serían de la mujer, pero todos son de reciente creación, lo que le resta fidelidad a la información.
Y una de las más importantes: no existen registros de ataques de orcas en parques acuáticos, por lo menos en los últimos años, con lo que se descarta que el caso de Jessica Radcliffe sea real.
¿Qué son los videos virales generados por IA y cómo identificarlos?
En la era de las redes sociales, los videos virales son moneda de cambio para la atención digital. Son piezas audiovisuales que logran una difusión masiva en poco tiempo gracias a su capacidad de generar impacto emocional, sorpresa o curiosidad.
Sin embargo, en 2025 este fenómeno adquirió una nueva dimensión con la llegada de los videos virales generados por inteligencia artificial (IA), capaces de recrear imágenes, voces y escenarios con tal realismo que, en muchos casos, resultan casi indistinguibles de los contenidos auténticos.
Un video viral creado con inteligencia artificial no es un simple clip editado, sino un producto elaborado mediante algoritmos avanzados capaces de construir narrativas completas, rostros, voces y entornos que pueden no existir en la realidad.

El reto es que, a medida que se perfeccionan, distinguir entre lo real y lo manipulado se vuelve cada vez más difícil, lo que abre debates sobre ética, desinformación y responsabilidad digital.
¿Cómo identificar un video generado por IA?
Aunque muchos de estos videos están diseñados para engañar al ojo humano, existen pistas que pueden delatar su origen artificial. Entre las señales más comunes destacan:
- Detalles visuales que cambian de forma repentina, como la textura de la piel o el color de objetos.
- Movimientos corporales o gestos faciales que parecen mecánicos o poco naturales.
- Narrativas con inconsistencias o saltos de información que no encajan con el contexto.
- Ausencia de fuentes confiables o pruebas verificables sobre los hechos mostrados.
Aprender a detectar estas señales no solo ayuda a evitar caer en desinformación, sino también a proteger la credibilidad de la información que compartimos en redes sociales.