En TikTok se ha viralizado un video en el que una joven ingresó a una casa para realizar algunos trámites que necesitaba. Sin embargo al final del ‘servicio’ se percató de que era propiedad privada.
La usuaria Fathyma Lex contó a la audiencia una anécdota de sus años de universitaria. La joven estaba en busca de un cibercafé porque requería impresiones para una solicitud de beca que estaba realizando
Sin embargo, todo pareció complicarse cuando después de caminar bastante no encontraba un local donde hicieran impresiones:
“Y como dios le da sus batallas a sus mejores guerreros, yo seguí caminando y caminando hasta encontrar un ciber. Y eso pasó, encontré uno, que la verdad sí se me hizo muy peculiar porque solo tenía dos computadoras”, narra en el video.
Pese a la extrañeza del lugar Fathyma comenta que no le dio mucha importancia y se metió; saludó al señor que estaba en la entrada y tomó uno de los equipos, pero notó que la computadora no tenía mouse, así que le solicitó uno a la persona que la recibió:
“Hasta eso el señor muy amable, se acercó y medio un mouse. Lo conectó a la compu y me dejó trabajando”, menciona.
Mientras ella continuaba en su labor, llegaron dos niños de la escuela y se acercaron a la mesa donde estaba el ‘anfitrión’. Sacaron algunos trastes y uno de los infantes se acercó a Fathyma para ofrecerle refresco, a lo que la joven aceptó muy agradecida y sorprendida por la amabilidad y servicio ‘cinco estrellas’ del ‘establecimiento’.
Pero el asunto no paró allí, pues la hospitalidad fue en escalada. El niño se acercó nuevamente para ofrecerle ‘poquito pozole’, sin embargo la tiktoker rechazó la invitación.
“¡Ala! Qué amables, ¡qué buen servicio! Pero no, mijo, muchas gracias, la verdad es que con el refresco es más que suficiente”, rememora la tiktoker.
La joven comenta que continuó con su actividad y una vez que finalizó, se acercó para agradecer al ‘anfitrión’ el servicio brindado y preguntar por el monto de pago.
No obstante, el señor le respondió que no era nada. Fathyma, muy extrañada insistió en pagar, a lo que el ‘anfitrión’ le respondió: “No es que ¿qué crees? Aquí no es ciber esta es nuestra casa”.
La joven, apenada por la situación le contestó: “¿Pero cómo que no es ciber, señor, ¿por qué no me dijo?; pero amablemente su interlocutor le comentó que la había visto muy concentrada y no quiso interrumpir.
Fathyma comparte que le dio tanta pena la situación que solo sintió cómo la temperatura de su rostro incrementaba. Finalmente, para amainar la vergüenza, la joven dejó 20 pesos en una de las mesas, agradeció varias veces más y se retiró.
Como punto final a la historia, la tiktoker narra que sí le fue otorgada la beca que solicitó y junto con el apoyo económico le regalaron una impresora, por lo cual ya no se suscitó ningún episodio más en otro ‘cibercafé'.