Diciembre representaba para las empresas turísticas de Acapulco una de las temporadas de mejores ingresos en el año; pero con la inseguridad y manifestaciones dentro del estado de Guerrero espantaron a los turistas.
Gerentes de hoteles y restaurantes consideran que normalmente cuentan con 100 por ciento de ocupación desde el 25 de diciembre hasta el 2 de enero; sin embargo, apenas tienen llenos desde el 30 de diciembre.
"Son problemas que vive todo el país, el tema de los estudiantes de Ayotzinapa indigna a todo el país pero eso no tiene que afectar la fuente de ingresos de mexicanos como sucede aquí en Acapulco", explicó Octavio Lorenzo del Valle, gerente general del restaurante Tabasco Beach y del Hotel Acapulco Malibu.
Silvestre Luna, gerente general de Casa Inn Acapulco, comentó que ellos tuvieron que contratar a la mitad de empleos temporales que el año pasado debido a que no se tuvo la necesidad de más personas trabajando.
"Tuvimos una cancelación en noviembre de 14 mil reservaciones, lo cual nos impacto para estas fechas donde teníamos pronosticado tener un cierre de año bueno, pero después de septiembre (cuando suceden los hechos de Iguala) cambiaron los estimados", dijo.
Elvia Zavala, gerente del hotel Crown Plaza Acapulco, dijo que los apoyos ofrecidos por el gobierno resultaron insuficientes, debido a que algunos no ayudaron a mejorar las finanzas de sus negocios.
"Para mantener un hotel grande se necesita contar con 30 por ciento de capacidad, en noviembre estábamos a 29 por ciento, lo cual es insuficiente para pagar agua, luz, gas y otros servicios del hotel, y el gobierno nos ofreció darnos facilidades de pago pero nos quería cobrar un interés de 8 por ciento", dijo.
Por otro lado, la directiva detalló que "se dieron apoyos a pequeños negocios del puerto, pero eso es algo que a los grandes hoteles que cuentan con grandes plantas de personal no ayuda… tuvimos que mandar a descansar sin goce de salario a la mitad de los trabajadores".
Los meseros y camareras de hoteles refieren que incluso en sus propinas tienen limitado sus ingresos, pues antes había muchos extranjeros que les dejaban mucho dinero por sus servicios y ahora muy pocos visitan el puerto.
"Luego estamos 10 meseros para atender una sola mesa ocupada, así puede estar todo el día, ahorita aprovechamos que hay mucha gente porque después del 2 de enero nos quedamos sin trabajo", dijo Pedro, un camarero del bar restaurante Bambu de la Costera Miguel Alemán.