Martin Winterkorn, el máximo responsable ejecutivo de Volkswagen, se disponía a fabricar el Passat en una nueva planta valorada en mil millones de dólares en Estados Unidos, pero no se sentía complacido.
Al visitar la planta de Tennessee antes de la inauguración en 2011, Winterkorn criticó al personal por colgar partes cromadas de ventiladores, puertas y palancas de velocidades en la pared.
A efecto de comprobar que tuvieran un brillo uniforme antes de aceptar su uso en el sedán, quería que fueran puestas sobre una mesa que recibiera la luz en el mismo ángulo que el que verían los clientes al observar las partes ya en el auto.
Winterkorn, quien mide los huecos entre las partes metálicas y elogia el acabado similar al de las lapiceras MontBlanc al de las partes plásticas del hatchback Golf, tiene una concentración en los detalles que ya es legendaria en la industria.
En momentos en que la mayor compañía automotriz del mundo enfrenta una investigación penal en Estados Unidos por falseo de pruebas de emisiones, su detallismo le juega ahora en contra.
"Me sorprendería mucho si esto fuera obra sólo de un pequeño grupo de ingenieros que manipula el software sin que nadie más lo sepa", dijo Arndt Ellinghorst, un analista en Londres de Evercore ISI que sigue a VW desde hace más de una década. "En el caso de Martin Winterkorn, si se demuestra que lo sabía, las acusaciones son tan graves que podría verse obligado a renunciar".
Se trata de un momento delicado para Winterkorn, que consolidaba su autoridad luego de sobrevivir a una lucha de poder con su ex mentor y patriarca de VW, Ferdinand Piech, que en abril trató de desplazar a Winterkorn y fracasó. Parte de la crítica de Piech era que a VW le costaba competir con Ford, GM y Toyota en los Estados Unidos. Pero los éxitos de Winterkorn, que comprenden un aumento de las ventas de 77 por ciento y convertir a Volkswagen en la número uno del mundo en el primer semestre, resultaron demasiado para Piech, quien renunció.
PROFUNDO PESAR
Si bien el máximo responsable, con 68 años de edad, manifestó su "profundo pesar" y prometió una investigación exhaustiva, no hizo declaraciones específicas sobre su papel. Esa incertidumbre lo pone en una posición difícil en tanto los miembros de la junta de supervisión se reúnen hoy. El pleno de la junta se reunirá el viernes, cuando se suponía que Winterkorn firmaría una extensión de contrato hasta 2018.
VW dijo el lunes que 11 millones de autos en el mundo, más que las ventas anuales del año pasado, estaban equipados con los motores diesel con problemas. La compañía reservó 7 mil 300 millones de dólares como cálculo inicial de posibles costos.
Las acciones ya han bajado alrededor de 38 por ciento desde que estalló el escándalo el viernes, lo que ha generado una pérdida de valor de mercado de alrededor de 25 mil millones de euros.
Ejecutivos de Volkswagen analizaron durante el fin de semana la falla que descubrieron investigadores medioambientales. En un tenso debate, se responsabilizó a unos y a otros, pero nadie le preguntó a Winterkorn si estaba al tanto del software, según una persona familiarizada con la conversación que pidió que no revelara su identidad porque se trató de una reunión privada.