Esto interesa en Palacio Nacional: Vanguard, una firma estadounidense con 11 billones de dólares listos para invertir, considera que México es un mercado que ofrece buenas oportunidades para sus accionistas.
México se perfila como “campo de crecimiento” para uno de los mayores gestores de inversiones del mundo, confesó Salim Ramji, CEO de Vanguard, en una entrevista para Bloomberg Businessweek.
El ‘timing’ de la declaración no podría ser más oportuno: La economía de México da señales de desaceleración, con el PIB contrayéndose en el tercer trimestre, y la incertidumbre rodea al país ante la revisión del T-MEC en 2026 con un Donald Trump increíblemente volátil en el terreno comercial.
¿Por qué Vanguard ve a México como un buen destino para invertir?
Según Salim Ramji, el modelo de mercado de capitales de Vanguard estima que las acciones mexicanas podrían ‘exprimir’ rendimientos anuales a su firma de entre 7 a 9.6 por ciento, lo que es superior a lo que ofrecen otros mercados vistos como de ‘primer mundo’ como EU, China y Europa.
El CEO de Vanguard apunta a que ese margen de rendimiento ‘despierta el apetito’ por México y lo convierte en un objetivo estratégico en un contexto global donde el endeudamiento y el estancamiento pesan cada vez más en la economía mundial.
¿Cuáles son las ventajas estructurales que Vanguard ve en México?
No se trata solo de cifras: Ramji remarca que México goza de ventajas estructurales que lo hacen atractivo para el largo plazo.
La cercanía a Estados Unidos; los costos laborales competitivos y su integración bajo el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) colocan a México como centro clave de manufactura en Norteamérica.
“De acuerdo con la visión de los economistas de Vanguard para los próximos 10 años, México parece un mercado realmente excelente en el cual invertir”, dijo en entrevista con Jonathan Ruiz.
A pesar de la crítica de la oposición la deuda pública de México, el CEO de Vanguard destacó que el nivel (55 por ciento del PIB) compromete menos a nuestro país que en comparación con el endeudamiento extremo de naciones como EU.
Esa “reserva de capacidad” le abre espacio al capital global para apostar con mirada de años.







