La incorporación de esquemas flexibles de trabajo genera cambios en el diseño de los espacios y la huella corporativa de los inquilinos.
Este efecto puede observarse en el crecimiento del coworking como participación del portafolio general de oficinas y la expansión de cadenas de centros de negocios en CDMX, donde se realizan 85 por ciento de las transacciones corporativas del país.
Actualmente, el inventario de coworking ha crecido en su participación, que en promedio es del 5 por ciento, dentro del inventario en las principales ciudades del país. Hasta el tercer trimestre del año, su representatividad llegó a 360 mil m2 en CDMX, 63 mil m2 en Monterrey y 51 mil en Guadalajara, de acuerdo con cifras de CBRE México.
La Encuesta de Sentimiento de Ocupantes de Oficinas en México de este año de la misma empresa, revela que 78 por ciento de las empresas de servicios en CDMX adoptaron modelos de trabajo presencial de 3 a más días de la semana, con la tendencia hacia los esquemas híbridos.
Sobre el particular, en el foro Workplace Design Conference convocado por 3g Office y Pfizer México, 70 líderes de recursos humanos analizaron los modelos flexibles, concluyeron que más allá de cuántos días, el enfoque del nuevo propósito de la presencialidad se dirige al para qué.
Se trata del diseño de experiencias que fortalezcan la cultura, el compromiso y aprendizaje de los colaboradores, con el que la oficina deja de ser un simple “lugar de puestos” para convertirse en una plataforma de relaciones, donde el diseño del espacio con propósito y la experiencia son palancas de atracción y pertenencia.
En este sentido, Francisco Vázquez, presidente global de la firma de arquitectura 3g office, asegura que “la presencialidad debe responder a un propósito específico: fortalecer los lazos de colaboración, la creatividad y la conexión o interactividad humana”.
Para las empresas, dice, que más allá de aspectos como la movilidad de los colaboradores y la evolución del trabajo híbrido, las empresas buscan alcanzar la productividad y sentido de pertenencia de sus colaboradores.
En consecuencia, los espacios físicos son herramientas estratégicas para impulsar la cultura organizacional y la innovación.
Esta perspectiva plantea otra visión distinta respecto al tamaño de la huella de los espacios, dado que propone menores espacios, mientras algunos estudios en la industria plantean una redistribución de áreas y la eventual amplitud del requerimiento de m2 para satisfacer las demandas de la flexibilidad.
Es un redescubrimiento del valor del espacio físico como motor de conexión y productividad de los colaboradores.
Cuitláhuac Granados, director Global Workplace Experience LATAM de Pfizer, considera que con “la presencialidad no se trata de volver por volver, sino de reconectar con un propósito. Creemos que la presencialidad tiene sentido cuando se traduce en experiencias con Hospitality y empatía que fortalece nuestros objetivos cuando se permite la Conexión, Colaboración y Co-Creación”.
Una de las tendencias planteadas por la empresa de arquitectura está basada en la aplicación de metodologías propias, como el Workplace Health Check, “que permiten entender cómo los entornos de trabajo influyen en el capital humano y en la productividad” .




