La infraestructura utilizada para el suministro de turbosina a las aeronaves que operan en México está obsoleta. De acuerdo con Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), el 70 por ciento de los equipos presentan fallas, por lo que la dependencia gubernamental prevé reducir este déficit de cara al siguiente lustro.
La dependencia reveló que hay estaciones de combustibles, como la de Cancún, donde el alto nivel de operaciones hace necesario llevar a cabo la actualización del programa de modernización de infraestructura de almacenamiento, para cubrir la autonomía diaria que requieren estas operaciones.
Además, en las principales estaciones de combustibles de Guadalajara, Cancún, México y Monterrey, donde se abastece 67 por ciento del total del combustible que suministra ASA, existe un déficit en los equipos de suministro frente a la demanda de servicios, además de un parque vehicular obsoleto.
Ante ello, el organismo prevé ampliar el parque vehicular en 22 por ciento rumbo al siguiente lustro, y reducir la obsolescencia de sus equipos de 70 a 30 por ciento.
“La implementación de estas acciones permitirá evitar problemas como: insuficiencia en la capacidad de abastecimiento; accidentes y daños ambientales; afectación a la conectividad aérea; incumplimiento de estándares de eficiencia y seguridad; condiciones competitivas limitadas; altos costos de mantenimiento; y pérdidas económicas, entre otros”; refirió la institución a cargo de Carlos Merino Campos.
Aunque el gobierno de AMLO adelgazó la estructura de ASA en favor de los militares, pues entregó una docena de aeropuertos administrados de forma civil a los mandos castrenses, la dependencia dirigida por Merino continúa siendo la provincial en cuanto al suministro de turbosina para las aeronaves que operan en el país.
ASA suministra, en promedio cerca de 15 millones de litros diarios.
La renovación de los equipos de suministro de la empresa descentralizada depende de la asignación presupuestal, pues los recursos generados por cuenta propia no generan ganancias.
Según las proyecciones de la empresa, para el año siguiente se invertirán, con recursos propios, al menos 663 millones de pesos en infraestructura.
“Para 2030, se estima que el 70 por ciento de los equipos de suministro de combustibles haya sido renovado por nuevos, para ello, se espera contar con la disponibilidad presupuestal necesaria, o bien, con asignaciones por parte de la Secretaría de Hacienda”, refiere el plan institucional de la paraestatal.
De acuerdo con las previsiones se busca reemplazar en total 447 equipos de suministro de combustibles.

ASA va por aeropuertos e implementación de combustible sustentable de aviación
El traspaso de aeropuertos a las Fuerzas Armadas dejó a ASA con solo un par de terminales para administrar: Poza Rica y Tehuacán, y el objetivo es aumentar el número de puertos aéreos en el país con la implementación de terminales en San Miguel de Allende y Ensenada.
Al mismo tiempo, la paraestatal está impulsando la ampliación de la infraestructura para el suministro de turbosina y el comienzo del combustible sustentable de aviación, conocido como SAF.
La industria aérea nacional requerirá al menos 349 millones de litros de combustible sostenible de aviación (SAF, por sus siglas en inglés) para cumplir con los compromisos ambientales asumidos a través de diferentes acuerdos en cambio climático y reducción de emisiones contaminantes a la atmósfera, según Aeropuertos y Servicios Auxiliares.
La paraestatal, que se encarga de suministrar combustibles aeronáuticos en el país y que tiene el monopolio del mismo, advierte que esa cantidad representa menos del 1 por ciento de la demanda actual de combustibles como turbosina o gasavión, los principales consumidos por la industria aérea en el país.
México tiene que producir 349 millones de litros para cumplir con las metas pactadas para los siguientes años, pero el consumo es de 10 mil millones de litros al año.
De acuerdo con el gobierno, a partir de 2027, ocho operadores aéreos deberán monitorear, reportar, verificar y compensar sus emisiones de Gases de Efecto Invernadero, y para el año 2050, se deberá alcanzar cero emisiones netas.
“De no cumplir con estos acuerdos, se mantendrá el aumento de emisiones de gases de efecto invernadero, se reducirá la capacidad para atraer inversiones y turismo, y México perderá competitividad frente a países con políticas avanzadas en combustibles sostenibles de aviación”, advierte ASA.
La falta de este tipo de combustible podría limitar la operación de aerolíneas internacionales en México, además de colocar a las mexicanas en desventaja.