En un episodio que generó alarma entre los pasajeros, un avión de la aerolínea Volaris, con ruta de Tijuana a La Paz (vuelo Y4-3230), experimentó un descenso de emergencia de hasta 8 mil pies de altitud.
La tripulación activó los protocolos de seguridad aérea. El vuelo despegó de Tijuana y aproximadamente a mitad del recorrido descendió de forma repentina, lo que encendió las alarmas entre los pasajeros.
El avión tuvo que aterrizar de emergencia en Hermosillo, Sonora, sin que se reportaran lesionados; algunos pasajeros del Airbus A321 (matrícula XA-VLW) experimentaron malestar y fueron atendidos al llegar.
Volaris emitió un comunicado en el que informó que el vuelo 3230, que cubría la ruta Tijuana-La Paz, presentó una falla de presurización, por lo que, en seguimiento a los protocolos de seguridad, procedió a descender y desviarse hacia el aeropuerto de Hermosillo, Sonora, donde llegó sin contratiempos.
Detalló que a todos los tripulantes se les brinda apoyo para que logren llegar a su destino final lo antes posible. “Volaris lamenta los inconvenientes causados por esta situación y reitera que su mayor prioridad es la seguridad de sus clientes y de su tripulación”, expresó.
¿Qué es una falla de presurización?
Una despresurización en vuelo puede ser grave, especialmente a altitudes de crucero (normalmente entre 30 mil y 32 mil pies). Los protocolos de seguridad incluyen un descenso de emergencia acompañado de la activación automática de las máscaras de oxígeno, con el objetivo de alcanzar una altitud segura para respirar.
Es decir, una despresurización es cuando la cabina pierde su presión normal. Puede ser gradual o súbita. En el segundo caso, el cuerpo nota de inmediato la falta de oxígeno, lo que puede generar síntomas como mareo o pérdida de conciencia.
La tripulación está entrenada para manejar la situación y los sistemas de emergencia (como las máscaras de oxígeno), suelen proporcionar el tiempo necesario para descender con seguridad.
¿Por qué Volaris perdió 51 millones de dólares en primer trimestre?
Volaris registró una pérdida neta de 51 millones de dólares en el primer trimestre, esto debido a la incertidumbre geopolítica y económica en el mundo.
También por los problemas operativos que enfrenta la industria aérea global ante la revisión de motores de P&W que se ha extendido más de lo previsto.
En su reporte financiero enviado a la Bolsa, el director general de Volaris, Enrique Beltranena, detalló que la aerolínea tiene un par de prioridades: la demanda y la rentabilidad sostenida.
“Estamos confiados en nuestra capacidad para prepararnos para una rápida recuperación una vez que la incertidumbre disminuya. Como hemos demostrado en el pasado, nos estamos preparando para un fuerte regreso”, agregó Beltranena.