El 40 por ciento de los mexicanos considera que las amenazas arancelarias por parte del gobierno de Donald Trump afectan los precios de los productos que compran de manera frecuente y como consecuencia han decidido modificar sus hábitos de consumo, reveló la firma de consultoría y análisis, Nielsen IQ (NIQ).
De acuerdo con el estudio, “Termómetro de aranceles: cómo los mexicanos responden a los aranceles impuestos por los Estados Unidos”, elaborado por NIQ, los alimentos básicos son la categoría donde más personas perciben aumentos de precios por aranceles con el 64 por ciento de las respuestas.
Le siguen los productos del hogar y bebidas, con el 12 por ciento respectivamente; los enseres electrónicos y electrodomésticos con el 6 por ciento, así como en ropa y calzado, con el 5 por ciento.
“Como a cualquier consumidor lo que le preocupa mucho más es lo inmediato y lo que le pega al bolsillo en lo cotidiano. Le preocupa que el día de mañana el jitomate sea más caro, que los aguacates sean impagables, que la fruta y la verdura estén aumentando sus costos”, señaló el CEO de Nielsen IQ, Eduardo Ragasol, en entrevista con El Financiero.
Los mexicanos perciben que hay una presión inflacionaria, agregó el directivo, Ragasol, y eso está mermando su bolsillo y migrando a nuevas formas de consumo.
Según el reporte, el 31 por ciento de los mexicanos declaró comprar más marcas propias o económicas, mientras que 29 por ciento adquirió menores cantidades de productos. De hecho, el 50 por ciento planea buscar alternativas más baratas si los precios se mantienen elevados en los siguientes meses.
En ese contexto, el estudio de Nielsen IQ señala que las marcas requieren atender los factores económicos, mitigar la erosión del valor de marca y proteger los márgenes en el largo plazo.
“Las empresas deben ver qué alternativas tienen para que dentro de todos los engranajes que componen el precio, cómo afectar lo menos posible a su consumidor, y seguir siendo competitiva y ofreciendo la misma calidad”, dijo Ragasol.
Las amenazas arancelarias por parte del gobierno de EU han impulsado el nacionalismo económico, por ejemplo, el 31 por ciento de los encuestados está “seguro” de pagar más por productos hechos en México para apoyar la economía local y evitar aranceles; en tanto que el 42 por ciento, está dispuesto a hacerlo “en algunos casos”.
No obstante, el precio sigue siendo el gran argumento, pues el 14 por ciento prefiere lo más barato sin importar el origen y el 13 por ciento no está seguro.
“El consumidor jamás debería de apoyar un producto mal hecho o uno de media tabla, independientemente de dónde sea. No importa dónde esté hecho. No por envolvernos en la bandera y abrazar el águila, vamos a triunfar. En la lógica económica y competitiva, el consumidor debe favorecer lo que mejor cumpla su misión”.