En México, tres de cada cuatro medicamentos caducados terminan en la basura o en el mercado negro, sin pasar por procesos de reciclaje ni acopio seguro. El rezago en la gestión de estos desechos no sólo incrementa la huella de carbono de la industria farmacéutica, sino que abre la puerta a la reventa clandestina de fármacos vencidos que circulan sin control ni garantía.
“Actualmente en México se destruyen alrededor de 70 toneladas de medicamentos caducados, pero estamos hablando que esta cantidad corresponde apenas a un 25 por ciento de los medicamentos caducados que tenemos detectados que se desechan en el país”, comentó José Antonio Aedo, director general de Singrem.
Explicó que, aunque México cuenta con programas de acopio y reciclaje de medicamentos, la mayoría tiene un carácter voluntario y no está respaldada por una normativa de cumplimiento obligatorio, lo que ha derivado en una baja participación del sector, principalmente de las farmacéuticas encargadas de producir medicamentos genéricos.
De acuerdo con estimaciones, más del 65 por ciento de las empresas dedicadas a la fabricación de medicamentos genéricos no participa en ningún programa formal de recuperación de productos vencidos.
“Cada año, millones de cajas de analgésicos, antibióticos y tratamientos crónicos caducan en hogares, farmacias y hospitales, sin que exista un mecanismo eficiente para retirarlos del ciclo de consumo”, añadió el directivo de la asociación especializada en gestionar y disponer de manera segura los medicamentos caducos.
Perla Castillo, gerente de Administración de Proyectos de Psicofarma, detalló que el rezago de México en el manejo de medicamentos caducados contrasta con las prácticas de países donde la recolección está regulada y supervisada por autoridades sanitarias.
“Mientras no se establezcan reglas claras y sanciones, México seguirá enfrentando un problema que combina impacto ambiental, riesgos sanitarios y una economía paralela difícil de contener”, explicó la ejecutiva de Psicofarma.
José Antonio Aedo añadió que la falta de una política deja un vacío legal que el mercado informal aprovecha, toda vez que hoy es prácticamente imposible rastrear la ruta de los medicamentos caducados que no se desechan de manera correcta, lo que provoca un mercado negro que va en aumento que además pone en riesgo la salud de los mexicanos.

Urgen reglas claras para invertir en sostenibilidad
Implementar mejores prácticas de sostenibilidad en México se ha complicado para la industria farmacéutica, ya que, ante la falta de certidumbre regulatoria, las empresas operan en un entorno donde las políticas públicas en materia ambiental y de sustentabilidad son ambiguas, poco consistentes y con escasos mecanismos de cumplimiento.
Si bien la industria reconoce que los objetivos globales apuntan hacia una cadena de valor farmacéutica más limpia, con estrategias de reducción de emisiones, recirculación del agua, manejo adecuado de residuos programas de reciclaje de medicamentos, hoy la falta de reglas claras limita el interés de las compañías para destinar capital a proyectos de largo plazo que no ofrecen retorno inmediato.
“En mercados como Europa o Estados Unidos, la inversión en sostenibilidad es respaldada por marcos regulatorios sólidos, incentivos fiscales y esquemas de cooperación público-privada (…) En el caso de México, se habla de incertidumbre y la incertidumbre es el enemigo del inversionista y ahí el reto es restablecer la confianza para que las inversiones en programas de sostenibilidad avancen”, explicó Arnaud Penverne, CEO de Veolia México.
Expertos coinciden en que es necesario que haya una cooperación entre las autoridades, la industria farmacéutica y los distribuidores de medicamentos para tener mayor impacto en la sustentabilidad.
“La industria farmacéutica es una de las más avanzadas en estrategias de sustentabilidad, pero aún hay retos y muchas metas por alcanzar. Esto se podría lograr más rápido si todos los sectores involucrados participáramos, desde las autoridades de salud, de medio ambiente, hasta la industria, que hoy ya cuenta con programas de generación de energía limpia y con procesos de recirculación del agua”, dijo Ricardo Reyes, director de Operaciones del Sector Industrial de Veolia México.