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La Copa del Mundo: su origen innovador y de desconfianza

El trofeo dorado, que encarna los sueños futbolistas del mundo, ha enfrentado desde la desconfianza hasta un robo y la labor de un francés.

La Copa del Mundo, el reluciente trofeo dorado que encarna las pasiones y sueños de los futbolistas y de la afición mundial, tiene un origen innovador, pero también repleto de desconfianza.

En 1928, la FIFA decidió realizar su primer torneo internacional, luego de enterarse que los Juegos Olímpicos, que se realizarían en 1932 en Los Ángeles, no tenían previsto incluir el futbol como parte del programa debido a la baja popularidad de este deporte en Estados Unidos.

Jules Rimet, entonces presidente de la FIFA, organizó el torneo inaugural y nombró a Uruguay como anfitrión del primer Mundial en la historia.

"La singular idea de hacer que las mejores selecciones del planeta compitiesen por el título de campeón del mundo fue posible gracias a un grupo de visionarios administradores futbolísticos franceses, dirigidos por el innovador Jules Rimet", señala la FIFA en un artículo sobre la historia de la copa.

Sin embargo, viajar hasta Uruguay representaba un viaje largo y costoso para los países europeos, por lo que ninguno de ellos se comprometió a enviar un equipo de hasta dos meses antes del inicio de la competencia.

Rimet finalmente persuadió a Francia, Bélgica, Rumania, Hungría y Yugoslavia de participar y el primer mundial de la historia se realizó en 1930 con la participación de 13 naciones (siete de América del Sur, cuatro de Europa y dos de América del Norte)

Para el evento, Rimet le encargó al escultor francés la primera copa mundialista, que estaba hecha de plata esterlina y lapislázul, revestida de oro, y representaba a Niké, la diosa griega de la victoria. Medía 35 centímetros de alto y pesaba sólo 4 kilogramos.

El trofeo original, de oro, fue bautizado como Jules Rimet, en honor al impulsor del Mundial y se disputó tres veces en la década de los 30, antes de que la Segunda Guerra Mundial interrumpiese la competición durante doce años.

El trofeo se convirtió en algo tan deseado que en 1966 fue robado antes del inicio del torneo, pero fue encontrado una semana más tarde por un perro policía llamado Pickles.

En 1974, la copa se renovó, por lo que el trofeo Jules Rimet fue entregado a Brasil para que lo conservara de forma permanente porque para entonces ya había ganado la copa tres veces.

La nueva copa fue creada por el italiano Silvio Gazzaniga, quien presentó un diseño de dos figuras humanas que sostienen un globo terráqueo.

Y desde su primera aparición en el Mundial de 1974, sólo seis naciones la han recibido.

Actualmente, el trofeo está hecho de oro de 18 quilates con un peso mayor a los seis kilos y con una altura de 36 centímetros y a diferencia de su antecesora, ningún país podrá quedársela de manera permanente, no importa las veces que gane un mundial de fútbol.

Este 2018, del 14 de junio de al 15 de julio, la justa se realiza en Rusia, donde 32 selecciones buscarán obtener la preciada copa mundialista.

En la actualidad, la Copa Mundial consigue hipnotizar a todo el público del planeta.

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