Sabemos que estás ansioso por ver la bandera verde en el Gran Premio de México 2025, pero es necesario hacer una ‘parada en boxes’ para conocer la historia del empresario que fue pieza clave en la trayectoria de los hermanos Pedro y Ricardo Rodríguez de la Vega. Hablamos de su padre: Pedro Natalio Rodríguez Quijada.
Detrás de cada triunfo y de la fama internacional que rodea a los pilotos mexicanos, se encuentra el nombre de una figura decisiva para que México comenzara a mirar a las principales competencias del automovilismo internacional.
Además de su pasión por los autos, la historia de Pedro Natalio Rodríguez Quijada también está marcada por su cercanía con el poder político y su visión de crear un espacio donde los corredores mexicanos pudieran competir al más alto nivel. Su legado forma parte de los cimientos del actual Autódromo Hermanos Rodríguez.
¿Quién fue Pedro Natalio Rodríguez Quijada y cómo trajo el automovilismo a México?
Rodríguez Quijada formó parte de una generación de empresarios que buscó abrirle paso a la modernidad al país. Más allá de su entorno profesional, destacó por su papel como impulsor del automovilismo en México, en un momento en que esta disciplina deportiva comenzaba a consolidarse como espectáculo global.
Casado con Concepción ‘Conchita’ de la Vega Gorráez, Natalio Rodríguez formó una familia numerosa en la Ciudad de México, con cinco hijos: Conchita, Pedro, Ricardo, Alejandro y Federico.
No obstante, Pedro y Ricardo fueron quienes mostraron un entusiasmo particular por la velocidad, al grado que iniciaron desde temprana edad su camino como pilotos de motocicletas y automóviles. Su padre, convencido del talento que poseían, decidió respaldar su trayectoria.
A mediados del siglo XX, Rodríguez Quijada comenzó a adquirir vehículos deportivos de marcas europeas como Ferrari, Porsche y OSCA, con la finalidad de que sus hijos pudieran competir en igualdad de condiciones con los mejores pilotos del mundo.

A su corta edad, los hermanos Rodríguez ya destacaban en distintas competencias. Ricardo, con apenas 14 años, comenzó en el motociclismo y pronto fue campeón juvenil en México. Posteriormente, incursionó en carreras de autos deportivos en Europa, donde llamó la atención de escuderías como Ferrari.
Pedro desarrolló una trayectoria más extensa en el motociclismo antes de dar el salto al automovilismo. Participó en la Carrera Panamericana y en varias competencias nacionales. Además, compitió en pruebas internacionales tanto en Estados Unidos como en Europa, consolidándose como piloto en carreras de resistencia.
Además del apoyo que brindó a sus hijos, Pedro Natalio Rodríguez Quijada mantuvo una estrecha amistad con el entonces presidente Adolfo López Mateos, con quien compartía una profunda afinidad por el automovilismo.
Se sabe que cada año Rodríguez Quijada le obsequiaba un Ferrari de último modelo como presente de cumpleaños, un gesto que mostraba tanto su cercanía con el mandatario como su gusto por los autos de alto rendimiento.
Aquella relación política y personal facilitó el impulso de proyectos deportivos en la capital, entre ellos la creación del Autódromo Magdalena Mixhuca, que más tarde se convertiría en un referente mundial para las carreras de autos.

¿Cuál es el origen del Autódromo Hermanos Rodríguez?
Durante la segunda mitad de la década de 1950, el gobierno federal proyectó la construcción de un gran complejo deportivo en los terrenos del antiguo ejido de Magdalena Mixhuca, al oriente de la Ciudad de México. La obra formó parte de un plan de modernización urbana que incluyó estadios, canchas y un circuito de carreras.
El diseño del autódromo se originó a partir de la tesis que presentó Óscar Fernández Gómez Daza para graduarse como ingeniero civil por la UNAM en 1955.
El proyecto llamó tanto la atención que uno de los sinodales de Fernández Gómez se lo presentó al presidente Adolfo López Mateos, quien respaldó su ejecución como obra pública. De esta forma, la pista se transformó en el primer circuito de América Latina con características de Gran Premio.
Fernández Gómez no era piloto profesional, pero sí un fanático del automovilismo. Compitió en el Campeonato Mexicano de 1/4 de milla y lo ganó a bordo del Azteca Mexicano, un automóvil construido por él mismo.
Tras dos años de análisis, la construcción del Autódromo Magdalena Mixhuca comenzó en 1957. Pedro Rodríguez Quijada formó parte del equipo encargado de llevar a cabo el desarrollo de la pista, la cual estaba pensada para albergar competencias de nivel internacional. El trazo contemplaba amplias curvas y rectas que aprovechaban al máximo el terreno plano de la zona oriente de la ciudad.
La inauguración del Autódromo Magdalena Mixhuca se celebró el 20 de diciembre de 1959 con la carrera 500 Millas de la Ciudad de México, un evento que reunió a los principales corredores nacionales y a promesas jóvenes del automovilismo.
Entre los participantes se encontraban Pedro y Ricardo Rodríguez de la Vega, los hijos de Rodríguez Quijada. Pedro, con apenas 19 años, ganó la competencia; Ricardo, con 17, ocupó el tercer lugar.
La victoria de los hermanos dio prestigio inmediato al circuito recién inaugurado y confirmó que México tenía pilotos capaces de competir en torneos internacionales.

¿Cuándo llegó la F1 a México y al Autódromo Hermanos Rodríguez?
Tras su inauguración, el Autódromo Magdalena Mixhuca se convirtió en escenario habitual de carreras de resistencia y pruebas internacionales. En los primeros años se organizaron torneos de automóviles deportivos y competencias entre escuderías europeas y estadounidenses que atrajeron la atención de los habitantes de la ciudad.
Entre 1960 y 1962, el circuito albergó competencias que sirvieron de preparación para el gran salto hacia la Fórmula 1. Su diseño técnico y la altitud de la Ciudad de México ofrecían un reto para las escuderías internacionales, que vieron en el trazado mexicano un laboratorio ideal para poner a prueba sus autos.
En 1962, el autódromo recibió por primera vez una carrera de Fórmula 1, en una competición de exhibición que sirvió como preparación para su arribo oficial al campeonato mundial.
Sin embargo, dicha carrera estuvo marcada por la tragedia, ya que Ricardo Rodríguez perdió la vida al chocar contra el riel de protección de la curva peraltada durante el primer día de pruebas, a causa de una falla en la suspensión de su Lotus 24.
Al año siguiente, se decidió renombrar el circuito como Autódromo Ricardo Rodríguez, en homenaje al piloto mexicano fallecido. El 27 de octubre de 1963, el trazado se incorporó al calendario oficial de la Fórmula 1 con el Gran Premio de México, lo que dio inicio a una trayectoria intermitente pero significativa dentro del campeonato mundial.
Desde entonces, el autódromo albergó tres etapas distintas de la Fórmula 1:
- Primera etapa (1963–1970): ocho ediciones consecutivas hasta su retiro por motivos de seguridad y organización.
- Segunda etapa (1986–1992): regreso tras una remodelación integral para adaptarse a los estándares técnicos de la época.
- Tercera etapa (2015–actualidad): reincorporación con una pista rediseñada que lo consolidó como una de las fechas más destacadas del calendario actual.
Además de la Fórmula 1, el circuito fue de diversas competencias y eventos nacionales e internacionales como:
- 500 Millas de la Ciudad de México (1959–1961)
- Campeonatos nacionales de turismo, prototipos y motociclismo
- CART/Champ Car (1980s y 2002–2007)
- Fórmula E (desde 2016), con un circuito adaptado en el Foro Sol
- Carreras de resistencia, series Porsche y exhibiciones de autos clásicos.
Tras el fallecimiento de Pedro Rodríguez en un accidente durante una carrera en Alemania en 1971, el circuito adoptó oficialmente el nombre de Autódromo Hermanos Rodríguez, en homenaje a los dos pilotos que llevaron el nombre de México a la Fórmula 1.
Entre trazos de pista, el rugir de los motores y una familia que hizo historia, el legado de Pedro Natalio Rodríguez Quijada sigue firme en cada vuelta que se corre en el Autódromo Hermanos Rodríguez en el Gran Premio de la F1 en México. Porque antes de que las luces del semáforo se apagaran y los monoplazas volaran por la recta, hubo alguien que soñó con llevar al país a la parrilla de salida.







