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¿Por qué el ganador de la Indy 500 toma leche? Éste es el origen de la tradición

La curiosa tradición de tomar lecha tras la carrera Indy 500 se remonta a hace casi 90 años y se ha mantenido hasta el día de hoy.

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¿Por qué el ganador de Indy 500 toma leche? (IndyCar/Especial).

En una de las tradiciones más singulares y queridas del automovilismo deportivo, el ganador de la carrera Indy 500, en la que participó Pato O’Ward este fin de semana, celebra su victoria bebiendo leche en el podio.

En esta ocasión, el piloto español Álex Palou fue quien se levantó en lo más alto del podio de las 500 millas de Indianápolis, uno de los eventos automotores más viejos en la historia. El mexicano quedó en el cuarto sitio de la competencia.

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Pato O'Ward rozó el podio en la Indy 500 (Especial El Financiero).

Y es que junto con el Gran Premio de Mónaco de la Fórmula 1 y las 24 Horas de LeMans, la Indy500 forma parte de la ‘Triple corona del automovilismo’, dada la gran importancia histórica que tienen las competencias.

¿Cuál es el origen de la tradición de beber leche al ganar la Indy 500?

Esta costumbre se remonta a 1936, cuando el piloto Louis Meyer, tres veces campeón de la carrera, pidió un vaso de suero de leche para refrescarse tras su triunfo, únicamente por ser su bebida favorita.


Un fotógrafo captó el momento, y la imagen se volvió icónica en la historia del automovilismo. La industria lechera de Indiana también vio una oportunidad de oro y, desde entonces, convirtió el gesto en una tradición oficial.

Cada año, la expectativa sobre qué tipo de leche elegirá el piloto (entera, baja en grasa, descremada, etc.) forma parte del previo a la carrera.

En ese sentido, la leche cobró el significado de pureza, esfuerzo y la recompensa al trabajo duro. Para los aficionados al deporte, es un ritual sumamente importante y que no puede faltar.

¿Cuáles son las tradiciones de la Indy 500?

Al tratarse de un evento que se celebra desde 1911 en el emblemático Indianapolis Motor Speedway, hay un montón de tradición que año con año se hacen presentes. La más representativa de ellas, desde luego, beber leche como una señal de la victoria.

Otra de las tradiciones más emblemáticas es la entrega del trofeo Borg-Warner, que se llevó a cabo por primera vez en 1936. Lo diseñaron Robert J. Hill y la empresa Spaulding-Gorham de Chicago para convertirse en un hito del deporte. Está hecho de plata, mide 1.62 metros de alto y pesa aproximadamente 50 kg. Otro dato curioso es que delante tiene las caras de todos los ganadores de Indy 500. Además, el piloto recibe una réplica y el original regresa al Museo del Indianapolis Motor Speedway.

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Trofeo BrogWarner

El beso a los ladrillos de la línea de meta es otra tradición en la Indy 500, aunque ésta, de hecho, provino originalmente de la NASCAR. Tras ganar el Brickyard 400, el piloto Dale Jarrett y su equipo se arrodillaron para dar un beso a los emblemáticos ladrilos de la pista.

Una más tiene que ver con su fecha de celebración: Se realiza el domingo previo al Memorial Day, un día festivo en los Estados Unidos que rinde homenaje a los soldados caídos en combate.

Otras de las tradiciones más curiosas van ligadas a la mala suerte: Comer cacahuates, el utilizar un automóvil de color verde o que tengo el número 13, por eventos desafortunados que ocurrieron en la historia de la Indy500 en sus más de 100 años.

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