Retomando su estilo clásico
Con casi 50 años de carrera, Styx se mantiene como una banda de art rock con éxito comercial, capaz de producir éxitos monstruosos de arena rock, poderosas baladas y álbumes conceptuales. Este año, el grupo lanza Crash of the Crown, en el que reafirma su clásico estilo de los años 70, guiado por las guitarras eléctricas y los teclados, tomando los elementos más grandiosos del rock progresivo, el hard rock y el pop, que dan como resultado memorables canciones de rock melódico con fantásticas armonías, dando muestra de su notable resistencia y capacidad para generar nueva música con gran energía.
Temas complejos y melodiosos
Sergey Rachmaninov es recordado como uno de los pianistas más formidables de todos los tiempos y el último gran compositor de la tradición romántica rusa.
Dentro de su catálogo destacan sus conciertos para piano 1-4, en los que las melodías son tan dinámicamente ricas y hermosas que quitan el aliento con cada escucha. La interpretación de Vladimir Ashkenazy y de André Previn de estas piezas es audaz sin ser agobiante ni pretenciosa y su interacción con la Orquesta Sinfónica de Londres es perfecta. Un disco ideal para los amantes de los temas melódicos complejos, sean o no seguidores de Rachmaninov.
A la vanguardia del jazz fusión
En 1973, Herbie Hancock lanzó Head Hunters, en el que, basándose en Sly Stone, Curtis Mayfield y James Brown, desarrolló ritmos profundos e intensos que significaron su llegada a la vanguardia del jazz fusión. Aunque el disco tenía toda la sensibilidad del jazz, su estilo estaba firmemente plantado en el funk, el soul y el R&B, lo que le dio un atractivo masivo que lo convirtió en uno de los álbumes del género más vendidos de todos los tiempos. Aunque los puristas condenaron estos experimentos, el disco todavía suena fresco y vital y ubicó a Hancock como uno de los músicos más influyentes de las últimas décadas.