Culturas

El pianista cubano Chucho Valdés y otros artistas en estos discos

‘American Standard’, de James Taylor; ‘Jazz Batá 2′, de Chucho Valdés, y ‘The Blue Years Anthology’, de Tangerine Dream.

Las recomendaciones musicales de El Financiero Bloomberg. (Shutterstock)


Standards con sonidos diferentes

Se necesita un artista extraordinario para reimaginar algunas de las canciones más queridas del siglo XX y hacerlas completamente suyas. Eso es precisamente lo que James Taylor ha logrado con su nuevo álbum, American Standard. Recordando lo mejor de sus primeras producciones, el cantante infunde nuevos sonidos y un significado fresco a estas obras atemporales. Si bien estos 14 temas, cuidadosamente elegidos, presentan de manera natural la cálida e inconfundible habilidad y la musicalidad de Taylor, lo que hace que esta colección sea única, es la ingeniosa forma en la que el equipo de producción y los músicos, principalmente el guitarrista John Pizzarelli, se acercaron al proyecto.



49 años después

Cuarenta y nueve años es mucho tiempo para esperar una secuela, pero el pianista cubano Chucho Valdés finalmente lanzó un seguimiento de su álbum Jazz Batá de 1972. En esta nueva producción, Valdés agrega nuevamente tambores batá, alguna vez asociados principalmente con ceremonias religiosas, a su exótica fusión de jazz. A lo largo de Jazz Batá 2, Chucho Valdés muestra su dominio del idioma a través de sus composiciones e interpretación, invocando temas Yoruba en varios de los temas. Lo que alguna vez fue una mezcla radical de música secular y sacra, se ha vuelto más familiar para el público de jazz a lo largo de las décadas y el cubano fue, sin duda, un pionero de este estilo.

Sonido renovado

El grupo que dio origen al Krautrock inició su nuevo período musical entre 1980 y 1987, conocido como The Blue Years, que en este disco se recupera con un sonido brillante. Tangerine Dream adapta su mundo electrónico a las novedosas tendencias de los 80s, innovándolo gracias a la nueva tecnología, haciéndolo más asequible y pegadizo, introduciendo estructuras rítmicas dance y recurriendo al uso de ocasionales recursos vocales, sin renunciar a su esencia sonora. En el álbum se incluyen lo mismo grabaciones en directo que magníficos temas en estudio, extraídos de discos como Live in Sidney, Warsaw in the Sun, Tyger y Le Parc, entre otras de sus producciones de la época.

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