Ciencia

¿Qué son los sismos lentos como los que se han detectado en las costas de Guerrero?

El estudio de sismos lentos señala que éstos podrían estar relacionados con la presencia de terremotos regulares, explican científicos de la UNAM.

El estudio de sismos lentos en la Brecha de Guerrero podría ser clave para desarrollar sistemas para predecir futuros sismos. [Fotografía. Shutterstock]

Una de las zonas de alta actividad sísmica en México se encuentra en Guerrero, que ha sido el epicentro de sismos devastadores. Sin embargo, en esa región también ocurren temblores que son difíciles de percibir y son conocidos como sismos lentos o silenciosos.

Esos movimientos sísmicos se caracterizan por la lentitud en la ruptura de las placas tectónicas y pueden extenderse por semanas e incluso meses. En contraste, los temblores convencionales suelen durar escasos segundos y tienen un gran impacto sobre la superficie.

Los sismos lentos no representan un riesgo para la población, ya que no generan ondas sísmicas perceptibles. Son tan sutiles que únicamente pueden ser detectados con equipo especializado; sin embargo, el monitoreo de estos movimientos es crucial para comprender la dinámica tectónica de la región.

¿En dónde se producen los sismos lentos en Guerrero?

Especialistas del Servicio Sismológico Nacional (SSN) enfocaron el estudio de los sismos silenciosos en la denominada ’Brecha de Guerrero‘. En esta región, localizada entre Acapulco y Papanoa y con una extensión de 150 kilómetros, no se ha registrado un terremoto magnitud 7 o superior en 100 años. El último temblor de gran magnitud en la zona ocurrió en 1911.


Arturo Iglesias, jefe del SSN, explicó que entre 2000 y 2002 lograron detectar un sismo lento de 7.6 grados de magnitud, con ayuda de dispositivos GPS. Este evento fue uno de los primeros de su tipo registrados en el país.

De acuerdo con los estudios realizados, los sismos silenciosos pueden ocurrir a profundidades entre 20 y 40 kilómetros, dependiendo de si están próximos a la costa o a la zona de interacción entre la Placa de Cocos y la de Norteamérica.

Aunque ya se tenía conocimiento de la existencia de los sismos lentos, no se contaba con la tecnología necesaria para registrarlos. Fue hasta 2001 que se documentaron gracias a la incorporación de dispositivos GPS, que permitieron medir las deformaciones asociadas a estos fenómenos.

¿Por qué es relevante el estudio de los sismos lentos en Guerrero?

El descubrimiento de los sismos silenciosos ha transformado la perspectiva de la tectónica tanto a nivel global como en México, ya que la frecuencia de estos terremotos podría estar relacionada, en ciertos casos, con la generación de sismos regulares.

Para Shri Krishna Singh, investigador emérito del Instituto de Geofísica (IGEF) de la UNAM, “es imposible comprender la sismotectónica” sin el estudio de los sismos lentos, debido a que son fundamentales para la liberación de energía sísmica acumulada.

En México también se observa el fenómeno de los sismos repetitivos, que suelen ocurrir en periodos entre 40 y 50 años. Por ejemplo, en 1973 Colima experimentó un sismo de gran magnitud que se repitió el 19 de septiembre de 2022.

La falta de actividad sísmica en la ‘Brecha de Guerrero’ ha llevado a los especialistas a pensar que los sismos lentos podrían aliviar parcialmente la tensión acumulada en esa zona.

“En la brecha sísmica de Guerrero no ha temblado, aunque en teoría esto debió ocurrir hace tiempo. Esto podría ser por los sismos lentos, aunque hay quienes creen que esto se debe a que esa zona es diferente a las áreas circundantes pues la tasa de acumulación de energía entre las dos placas es menor”, explicó el investigador de la UNAM.

‘Brecha de Guerrero’ en monitorio ante posible amenaza

En la comunidad científica hay una preocupación por la falta de actividad sísmica en la ‘Brecha de Guerrero’, debido a que un sismo de 8 grados podría tener grandes afectaciones en áreas densamente pobladas, como en la Ciudad de México.

De acuerdo con la Secretaría de Gobernación, entre 1845 y 1911 la región fue epicentro de seis temblores de gran impacto, algunos con una magnitud entre los 7.5 y 7.8 grados.

Ante la posibilidad de una acumulación de energía sísmica, instituciones especializadas como el Servicio Sismológico Nacional, el Instituto de Geofísica y el Centro de Instrumentación y Registro Sísmico mantienen un monitoreo constante sobre la ‘Brecha de Guerrero’. Además, el estudio de sismos lentos en las costas guerrerenses podría ser clave para desarrollar sistemas que permitan predecir futuros sismos.

En abril de 2022, la UNAM, en conjunto con la Universidad de Kioto, Japón, logró medir por primera vez la rotación del fondo oceánico que provoca un sismo lento en la corteza terrestre sumergida en el mar.

En las siete campañas oceanográficas realizadas en el buque ‘El Puma’, participaron 85 investigadores, quienes generaron 24 publicaciones científicas internacionales. El estudio tuvo un costo de 6.5 millones de dólares.

Durante la expedición se rescataron tres de los siete sismómetros que fueron instalados en 2019 y se colocaron otros ocho, los cuales permitirán recopilar datos de la actividad telúrica en el fondo del mar durante los próximos años.

Los sismos lentos detectados por los científicos en la ‘Brecha de Guerrero’ ocurrieron antes y después del temblor de 7.1 grados registrado en Acapulco en septiembre de 2021. Estos hallazgos resaltan la importancia de continuar con el monitoreo para entender la relación entre los dos tipos de movimientos telúricos.

También lee: