Tras la explosión de una pipa de gas LP en Iztapalapa, han salido a la luz diversos testimonios de personas que vivieron de cerca la tragedia. Uno de ellos es el del oficial de la Policía Bancaria, Sergio Ángel Soriano, quien fue el primero en auxiliar a Alicia Matías Teodoro, la mujer que protegió a su nieta.
El relato del oficial segundo 39042, como se identificó, fue difundido en las redes sociales de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México, a través de un video en el que narra cómo fueron los primeros momentos posteriores a la explosión.
Sergio Ángel contó que aquel día se encontraba patrullando en el paradero de Santa Marta, cuando cerca de las 2:20 de la tarde escuchó una fuerte estruendo. Entonces vio el gas y una llamarada que se prendió y se levantó varios metros.
“Pues en ese momento te golpea, ¿no? Que relativamente la onda expansiva pues sí nos tocó a todos. ¿Qué hago en ese momento? Pues tratar de desalojar a todas las personas que podían, sacarlas y alejarlas de la exposición en medida que me fue posible. Una vez que desalojé a todas las personas que pude, corro hacia la avenida. En esta avenida pues la pipa detonó a 80, 100 metros de nosotros.“, dijo en su relato.
El oficial cuenta al acercarse al lugar del accidente, vio a gente corriendo hacia él, tratando de alejarse del epicentro de la explosión. Él también corrió, pero en dirección hacia la pipa mientras gritaba si había alguien vivo. Fue entonces que se encontró con Alicia Matías Teodoro, quien traía en brazos a su nieta Jazlyn de apenas dos años.
Alicia Matías salvó a su nieta al protegerla con su cuerpo
“La veo que su piel pues se le colgaba, su ropa pues se había quemado totalmente, o bien se había fundido con su piel. Una escena muy muy fuerte, muy dura”, recordó.
“Veo que trae algo entre sus brazos. Me le acerco y le digo ‘¿estás bien? ¿Qué pasó?’ Y la señora me dice, ‘Mi bebé, mi niña.’ Le digo, ‘Entrégame a la bebé, dámela’. Veo que su ropa y la de la niña se fusionaron, se juntaron, se quemaron juntas.“
A decir del policía, la mujer salvó la vida de la niña al envolverla con su cuerpo; sin embargo, la menor sí alcanzó a sufrir quemaduras en pies, manos y cabeza. Recordó que intentó reanimar a la bebé y brindarle los primeros auxilios porque la menor no reaccionaba.
“Le digo a la señora ‘vámonos’. Caminamos hasta donde hay unas escaleras y unos comercios, ahí a modo de refugiarnos, porque pues la pipa seguía explotando”, explicó.
Sergio cuenta que su hermana y su cuñado llegaron al lugar de la explosión y le advirtieron que no esperarían a la ambulancia, pues no era probable que llegara pronto. “Todo es un caos”, le dijeron. Entonces se subió a la motocicleta de su cuñado con la bebé en brazos para dirigirse rápidamente a un hospital.
“Como (se ve) en el video. (Íbamos) gritándole a la gente de la desesperación porque había carros abandonados, la gente corriendo, gente que no sabía qué qué había pasado y llegamos al hospital. Esos minutos se me hicieron eternos. Yo sentía que la niña se me iba. Llego al hospital y personal del INPS me apoyó con todo lo que pudo. Entro corriendo con la niña en brazos y digo, ‘Ayúdenme, un médico, se me está muriendo.’”

El oficial narró que él y su cuñado regresaron por Alicia, quien ya venía caminando aunque no muy consciente de ella misma. Describe que tenía quemaduras en todo el cuerpo y los ojos hundidos por la exposición al gas.
Luego de asegurarse de que los médicos la atendieran, él y su cuñado se regresaron para rescatar a dos jóvenes más.
Alicia Matías falleció el pasado 12 de septiembre en el Hospital Magdalena de las Salinas, luego de sufrir quemaduras en más del 90 por ciento de su cuerpo. Su nieta, Jazlyn Azuleth continúa en estado crítico en el hospital Shriners for Children en Galveston, Texas.
Un día que marcó al oficial Sergio Soriano: ‘Por algo estuve ahí’
“Tuve uno de los días más difíciles en mi carrera policial, uno de los más duros y fue una tragedia para todos.”, sentenció sobre lo que vivió aquel fatídico miércoles 10 de septiembre.
- ¿Consideras que estaba en tu destino estar en este lugar en este momento para salvar la vida de estas personas? - le preguntó el entrevistador.
- Sí, pienso que por algo estuve ahí. Destino, suerte, no sé, pero tenía que estar ahí por algún motivo.
Sergio asegura que, tras la explosión en el Puente de la Concordia, ha experimentado algunas secuelas, principalmente la pérdida del gusto y el olfato debido a la exposición al gas y al humo.