CDMX

Víctimas de pinchazos en el Metro narran cómo fueron atacadas: ‘Tengo miedo de volver a subirme

Lucero y Ana son víctimas de pinchazos con inyecciones en el Metro; ambas fueron atacadas en la Línea 2 y presentaron síntomas similares; estas son las historias de la agresión y qué hacer en un caso así.

Autoridades de CDMX tienen 41 denuncias de personas que han sido víctimas de pinchazos en el transporte público. Foto: Especial / El Financiero.

La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México cuenta con 41 denuncias por casos de pinchazos con inyecciones en CDMX, informó la fiscal Bertha Alcalde Luján.

Mientras que los primeros ataques se reportaron en el Metro, la reportera Areli Lorenzana, de Telediario, fue atacada en Avenida Juárez, en la zona centro de la Ciudad, mientras realizaba una cobertura este 1 de mayo.

De acuerdo con Bertha Alcalde Luján, las 41 denuncias por casos de pinchazos en inmediaciones o instalaciones de transporte público se distribuyen de la siguiente manera:

  • 33 ataques en el Metro
  • 4 agresiones en el Metrobús
  • 3 casos en la vía pública
  • 1 ataque un camión del Pumabús (transporte de la Universidad Nacional Autónoma de México).

Explicó que 15 víctimas han mostrado una marca de un piquete, mientras que otras presentan otro tipo de heridas como rasguños.


Además, todas las víctimas han presentado síntomas como mareos y náuseas.

Lucero y Ana, dos víctimas de los pinchazos con inyecciones en el Metro y cuyos nombres se cambiaron para proteger su identidad, narraron a El Financiero cómo fueron las agresiones que sufrieron.

‘No sentía bien las piernas’ Así fueron dos ataques con pinchazos en el Metro

Lucero fue atacada en la Línea 2 del Metro, cuando bajaba del vagón en la estación Ermita, con la intención de transbordar hacia la Línea 12, que va de Mixcoac a Tláhuac.

“Sentí que alguien se me pegó mucho, pero no le tomé importancia. Me bajé cuando las puertas estaban por cerrarse. Cuando caminaba por el transbordo a la Línea 12, sentí calor en la espalda y un ardor. Me toqué y tenía sangre. En ese momento sí me asusté, pero seguí caminando porque en la Línea 12 no hay señal para hacer llamadas”, recuerda .


Lucero y Ana, dos víctimas de pinchazos en el Metro, fueron atacadas en la Línea 2. [Fotografía. Cuartoscuro]

Luego de experimentar un malestar repentino, Lucero volteó para ver si alguien la seguía y continuar su trayecto hasta la estación Eje Central.

“Una vez que llegué a Eje Central, me bajé y, al salir, le marqué a mi ‘roomie’ para que se acercara. Ya no sentía bien las piernas y sudaba mucho”, relató a El Financiero.

Ana, una adolescente de 15 años, también fue atacada en la Línea 2 del Metro. Su agresión ocurrió en el trayecto e Bellas Artes a Ermita.

“Sentí como si me hubieran picado en la espalda, pero no le tomé importancia porque pensé que había sido un empujón. De pronto, me empezó a dar sueño, me estaba quedando dormida. Una señora se me acercó y me preguntó si me sentía mal. Le dije que me sentía mareada. Ella se quedó cerca y cuando me iba a bajar, me dijo que si quería me sentara porque me veía muy mal. Le respondí que no. Cuando llegué a Ermita, me bajé y le marqué a mi mamá y a mi hermana”, declaró.

¿Cuál es el modus operandi de los agresores en el Metro de CDMX?

Fernanda Torres, coordinadora de No Es Una Somos Todas, A.C., explica que el modus operandi de los agresores consiste en inyectar un sedante a las víctimas para dejarlas indefensas, con el objetivo de robarles sus pertenencias, secuestrarlas, abusar de ellas o incluso cometer desapariciones forzadas.

“En el caso de Ana y de otra víctima a la que damos acompañamiento, el modus operandi ha sido prácticamente el mismo: Tras el pinchazo, una mujer se les acerca y les dice: ‘Oye, te ves muy mal, ¿no te quieres sentar?’ o ‘se ve que te sientes mal, ¿quieres que te ayude?. A partir de ahí, no se les despega. Es muy extraño que alguien que no te conoce se acerque justo cuando empiezas a sentirte mal y quiera ayudarte de inmediato”, explicó.

De manera similar al resto de víctimas de pinchazos con inyecciones en el Metro, Lucero y Ana tuvieron mareos y náuseas, además de vómito, sudoración excesiva y dificultad para hablar.

En su denuncia, Lucero declaró que, al acudir a un hospital del IMSS, los guardias minimizaron la situación, señalando que “es la nueva modalidad que tienen en el Metro para robar”.

“Después de que llegué al departamento, una de mis ‘roomies’ me llevó al hospital. Ahí, le dijo a los guardias que necesitaba pasar a urgencias porque me habían pinchado en el Metro. Se tardaron una hora y media en atenderme. Cuando por fin pasé, ya tenía la temperatura muy baja. Solo me inyectaron algo para estabilizarme y me dijeron que necesitaba descansar. No me hicieron un chequeo como tal. Les conté lo que me había pasado y solo me respondieron que me veían bien, que seguramente era un piquete sin nada o que ya lo había vomitado todo”, dijo.

En lo que esperaba a sus familiares, Ana pidió auxilio al personal del Metro. Los paramédicos que la atendieron solo le revisaron los signos vitales, le recomendaron tomar abundantes líquidos y le indicaron que se fuera a casa.

“Primero me tomaron mis datos. En ese momento comencé a vomitar y a sentirme más mareada, como si estuviera muy cansada. Luego me llevaron con el jefe de estación, y ahí me retuvieron y me estuvieron revisando. Es de lo único que recuerdo”, comentó.

¿Qué contienen las inyecciones con las que cometen los pinchazos en el Metro?

La Organización No Gubernamental No Es Una Somos Todas explicó que el examen toxicológico de Ana arrojó un resultado positivo a un compuesto derivado del cannabis.

“Nos dicen es que están utilizando algún tipo de sedante difícil de detectar. Afortunadamente, en el caso de Ana, cuando presentó la denuncia, un médico de la Alcaldía Cuauhtémoc la revisó y le dio una receta para realizarse un examen toxicológico. El resultado fue positivo a un metabolito de la marihuana. Ella no consume marihuana, por lo que no había razón para que saliera positiva. Nos explicaron que ese compuesto se utiliza como sedante”, explicó Fernanda Torres.

‘Tengo miedo de volver a viajar en el Metro’

Luego de ser víctimas de los pinchazos con inyecciones en el Metro, tanto Lucero como Ana sienten temor de utilizar ese sistema como medio de transporte, ante el riesgo de ser nuevamente víctimas durante sus trayectos.

“Sí tengo miedo de usar el Metro, pero lo necesito para moverme por la ciudad. Es algo que voy a seguir utilizando, queramos o no. Tal vez empiece a usar ropa más gruesa o llevar mochilas para evitar ser pinchada”, señala Lucero.

Además de miedo, Ana tiene secuelas de la agresión en el Metro de CDMX. “Ella tiene recuerdos muy vagos de ese día y no recuerda lo que ocurrió después, las náuseas le duraron días y su memoria estaba borrosa. Después, empezó a experimentar síntomas de estrés postraumático, como insomnio y ansiedad. De hecho, no quiere salir a la calle, temiendo que puedan hacerle algo de nuevo”, explica Fernanda Torres.

La coordinadora de No Es Una Somos Todas, A.C asegura que aunque autoridades del Metro de CDMX se pusieron en contacto con la ONG para dar seguimiento al caso de Ana, aún no se concreta una fecha para hablar con víctima. Por ello, siguen a la espera de que se les proporcionen los videos relacionados con los hechos para dar con los responsables.

¿Qué hacer si eres víctima de un ataque con inyecciones en el Metro?

Si sospechas que fuiste víctima de un pinchazo en el Metro, es crucial pedir ayuda a las autoridades de inmediato. No Es Una Somos Todas AC recomienda:

  • Llama a una persona de confianza y mantener el contacto.
  • Si estás en dentro del vagón, baja la palanca de auxilio para recibir asistencia.
  • Acercarte al policía dentro de la estación.
  • Presenta una denuncia ante la Fiscalía General de Justicia de CDMX.
  • Realízate un examen toxicológico.
  • Acude a recibir atención médica.
  • Quédate en un lugar seguro y visible

Fernanda Torres acusa que “el Metro es el medio de transporte público más utilizado” y “si ni siquiera estamos seguros ahí, debemos alzar la voz y exigir justicia”.

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