Austin, TX. – Más de 160 kilómetros de terrenos a lo largo de la frontera internacional de Texas podrían ser vendidos o arrendados al gobierno federal como parte de la estrategia del gobernador Greg Abbott para reforzar la seguridad en la frontera con México. Así lo confirmó el mandatario estatal en una entrevista con The Texas Tribune y otros medios, donde explicó que esta propuesta forma parte de su alianza con el presidente Donald Trump para endurecer las políticas migratorias.
Abbott viajó a la capital estadounidense esta semana para solicitar al Congreso un reembolso de $11 millardos destinados a compensar los gastos de la Operation Lone Star, el programa estatal de seguridad fronteriza lanzado en 2021. Según señala el gobernador, dichas acciones fueron necesarias para suplir las deficiencias de la administración Biden en el control de la migración irregular.
Texas ofrece tierras y recursos a cambio de fondos federales
Como parte de su propuesta, Abbott indicó que Texas está listo para ceder al gobierno federal más de 50 millas de muro fronterizo ya construido, casi 20 millas adicionales de muros planificados, 100 millas de servidumbres para futuras construcciones, 2 mil camas militares para la Guardia Nacional y 4 mil celdas para la detención de migrantes.
“Esto no es realmente un reembolso”, señaló Abbott en la entrevista. “Es un pago por activos inmobiliarios y mejoras proporcionadas por el estado de Texas en beneficio de todos los estadounidenses”.
Texas, cuya frontera con México es de más de mil 200 millas, ha presumido durante años su autonomía respecto al control federal del territorio. Sin embargo, la oferta de Abbott marca un giro en la postura del estado al considerar la venta o arrendamiento de terrenos estratégicos al gobierno federal.
Apoyo y escepticismo en el Congreso
El senador John Cornyn, uno de los principales promotores del plan en el Congreso, calificó la solicitud de Abbott como “una situación única”, argumentando que Texas asumió costos que, en su opinión, debieron ser cubiertos por el gobierno federal.
No todos comparten la visión de Abbott. El representante demócrata Vicente González calificó la solicitud de Texas como una “compensación por un fracaso total”, asegurando que la Operation Lone Star no ha conseguido reducir la migración irregular.
“Esto es un espectáculo político que ha costado miles de millones de dólares de los contribuyentes”, dijo González, y agregó que los fondos podrían haberse utilizado en programas para veteranos o educación pública.
La propuesta de Abbott se da en un contexto de endurecimiento de las políticas migratorias apoyadas por la mayoría republicana. El presidente Trump ha prometido medidas más estrictas, incluyendo la declaración de una emergencia nacional en la frontera, deportaciones masivas y el uso del ejército para reforzar la seguridad.
Abbott firmó recientemente un acuerdo con la administración Trump que otorga a la Guardia Nacional de Texas la autoridad para realizar arrestos migratorios en coordinación con agentes federales. También respaldó la idea de que el presidente invoque la Ley de Insurrección, lo que permitiría el despliegue de tropas activas en la frontera.
“La prioridad de Trump es asegurar la frontera. Hará lo que sea necesario para lograrlo”, afirmó Abbott.
Mientras el gobernador texano busca apoyo para su propuesta, el Congreso y la Casa Blanca deberán decidir si Texas recibirá los $11 mil millones solicitados y si el gobierno federal asumirá el control de los terrenos fronterizos.
La decisión podría redefinir el papel del estado en la seguridad fronteriza y marcar un precedente en la relación entre Texas y Washington en temas migratorios.
Abbott dijo que esa cantidad cubre los esfuerzos del estado para detener los cruces fronterizos irregulares, incluida la construcción de decenas de millas de muro fronterizo y la adquisición de 100 millas de tierra para futuras construcciones. El gobernador texano dijo que regresará a Washington la próxima semana para reunirse con miembros del Congreso.