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¿Quién pone el material para imprimir en 3D?

BHP Billiton y Baosteel Group son algunos de los proveedores de polvos de metal especiales para alimentar las máquinas que han permitido el desarrollo de prótesis, pistolas y hasta bicicletas; a medida de que crezca el uso de esta tecnología, habrá más competidores y mayor demanda de los materiales.

Ahora que las impresoras 3D producen casas, componentes para aviones de combate, pistolas y bicicletas, las compañía mineras y metalúrgicas están poniendo el énfasis en la provisión de las materias primas necesarias.

Proveedores como BHP Billiton y Baosteel Group, propietaria del fabricante de acero que cotiza en bolsa más grande de China, financian la investigación de la tecnología de impresión en 3D, que puede producir componentes de manera más veloz y barata que la fabricación tradicional. La demanda de polvos de metal especiales para alimentar las máquinas casi se triplicó en cuatro años hasta fines de 2013.

Los sistemas "imprimen" objetos superponiendo delgadas capas de metal, plástico o cerámica para crear productos tridimensionales terminados. A medida que mejore la tecnología, impresoras más grandes y veloces impulsarán la demanda de materias primas, según Pablos Holman, inventor de Seattle. Como las patentes clave de la tecnología de impresión 3D vencerán este año, prevé que las máquinas serán más comunes en la industria manufacturera.

"Es bastante fácil ver que vamos a poder imprimir una casa y que va a ser distinta y mejor que las que estamos haciendo ahora, a la manera antigua", señaló Holman, que asesoró a MakerBot Industries, fabricante de impresoras adquirido por Stratasys el año pasado. "En lo que hace a la industria minera, alguien va a sacar provecho de esto".
La tecnología está empezando a llegar a las fábricas. Nike ofrece zapatos de futbol americano impresos en 3D y General Electric usa las impresoras para fabricar piezas de motores a chorro.

'AVIONES ENTEROS'

Airbus utilizó su primer componente impreso en marzo, un asiento para la tripulación de un avión A310, y prevé usar la tecnología para muchos otros elementos de la cabina. Con el tiempo, podrían salir de las impresoras 3-D aviones de pasajeros enteros con motores y todo, según el McKinsey Global Institute.

Lockheed Martin, el contratista de defensa más grande del mundo, calculó en mayo que algunos componentes complejos de los satélites pueden fabricarse un 43 por ciento más rápido y a un costo 48 por ciento más bajo con la impresión 3D. El proceso más adelante podría reducir los costos de producción hasta un 80 por ciento, dijo en junio la máxima responsable ejecutiva, Marillyn Hewson.

Conforme aumente la demanda de metal en polvo y los productores perfeccionen sus procesos de fabricación, el costo de los componentes hechos con impresoras 3D podría competir con los productos de metal terminados tradicionales, opinó Fred Truong, analista de Bell Potter Securities en Melbourne.

"La reducción de los costos de producción podría permitir que el titanio compitiera con determinados productos de acero y aluminio", dijo Truong.

Pero, si bien hay un gran interés en la tecnología, la demanda es pequeña y podrían pasar años antes de que su uso se difunda en la fabricación comercial.

El año pasado, se gastaron unos 530 millones de dólares en los metales, plásticos y cerámicas que usan las impresoras 3D, por encima de los 218 millones de dólares de 2009, según Terry Wohlers, presidente de la consultora del sector Wohlers Associates. La demanda de metales aumentó de 12 millones de dólares a 32.6 millones.

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