Atado a un arnés de nylon negro, Venom desciende a rapel desde un helicóptero. Marius, el instructor de este pastor belga de dos años, se desliza al mismo tiempo y desengancha a su pupilo. Entonces el perro echa a correr y derriba a un hombre vestido con un traje especial acolchonado.
Venom es parte de un ejército de perros que son entrenados por la compañía Paramount Group para ayudar a combatir a los cazadores furtivos en Sudáfrica, hogar de la gran mayoría de los rinocerontes del mundo. Muy apreciados por sus cuernos, usados en la medicina tradicional asiática, un récord de mil 020 rinocerontes fueron sacrificados este año en el país, el triple que hace tres años.
El pastor belga malinois, como se conoce a la raza, "puede trabajar en condiciones extremas," explica Henry Holsthyzen, quien dirige la academia canina K9 Solutions de Paramount, en el marco de una presentación de la escuela perruna a un año de su creación. "Han demostrado ser muy útiles en Irak y Afganistán. Tienen mucha energía, son muy inteligentes y rápidos. Es un paquete impresionante."
Los cuernos del rinoceronte están hechos de la misma materia que forma nuestras uñas o cabello, pero en peso es más valioso que el oro. Los precios por un kilogramo van hasta 95 mil dólares en China y Vietnam, donde consumidores los compran en forma de polvo que ingieren para mejorar su libido.
LA LUCHA CONTRA LA CAZA FURTIVA
Sudáfrica ha implementado varias medidas para poner fin a la caza ilegal, entre ellas establecer una zona de protección dentro del Parque Nacional Kruger (una superficie del tamaño de Israel), mover a los rinocerontes a ranchos privados y desplegar soldados para combatir a los cazadores furtivos.
Paramount, una empresa con sede en Johannesburgo dedicada a la defensa y controlada por la familia Ichikowitz, contribuyó el año pasado con un helicóptero para ayudar a capturar a los cazadores clandestinos en Kruger.
La academia K9 se localiza a dos horas en auto de Johannesburgo, junto a la cordillera de Magaliesburg que se extiende al oeste de la ciudad más grande de Sudáfrica. Cerca de 60 perros adultos, algunos de ellos malinois, algunos otros cruzados con pastores alemanes, que son más grandes y lentos, y 60 cachorros, el más joven nacido ayer por la noche, se preparan para ser usados en la guerra que libra Sudáfrica contra la caza furtiva de rinocerontes.
La granja de juegos fue en otros tiempos el coto de caza de Paul Kruger, quien dirigió la resistencia afrikáner contra los británicos en la guerra Anglo-Bóer de 1899 a 1902.
El hocico de Venom es largo y negro. El resto del perro de 29 kilos está cubierto de una capa de pelaje corto. Jadea para mantenerse fresco en el clima caluroso. Un malinois puede llegar a venderse en 100 mil rands (9 mil 122 dólares). A partir de las seis semanas, los perros empiezan a ser entrenados en el arte de la caza, el rastreo y la detección. La raza tiene cerca de 60 veces más receptores sensoriales en la nariz que los humanos.
"A pesar de toda la tecnología del mundo, una de las soluciones más exitosas es una de las más sencillas: el hombre y el perro," dice a la prensa el presidente y fundador de Paramount Group Eric Ichikowitz.
Marius da una orden en lengua afrikaans y Venom apenas tarda unos segundos en detectar una pequeña cápsula de virutas de cuerno de rinoceronte oculta en el guardafangos de una camioneta Toyota Prado. Marius lo recompensa tirándole una pelota de tenis que el perro persigue con alegría. Luego olfatea un rifle en otra camioneta.
"Para el perro este es un juego," dice Holsthyzen. "Él no sabe cuán importante es su contribución. Su recompensa es jugar." Holsthyzen lleva 20 años como entrenador de perros, lleva los brazos surcados con cicatrices de las sesiones de entrenamiento con perros de ataque.
En otro entrenamiento, Marius y Venom saltan de un helicóptero a un lago fangoso para detener a un sospechoso en fuga.
RASTREO CON DRONES
El primer perro que Holsthyzen entrenó para combatir la caza ilegal, un can de nombre Ngwenya, fue desplegado en el Parque Kruger en 2010. A las pocas semanas localizó a cazadores furtivos que habían aserrado un cuerno de rinoceronte en el silencio de la noche.
Tener la raza adecuada es imprescindible. Cuando Holsthyzen trató de usar la raza bluetick, un perro de caza originario de Louisiana, descubrió que los perros eran tan veloces al rastrear que sus manejadores no podían seguirles el ritmo. Paramount ahora está estudiando la posibilidad de colocarles collares que emitan señales y seguirlos con drones.
Los parques nacionales de Sudáfrica y de otros países envían a sus guardabosques para ser capacitados junto a los perros antes de regresar a sus reservas como una unidad. A la fundación de Ichikowitz le cuesta unos 130 mil rands preparar a un perro para la acción y luego unos 50 mil rands por año de mantenimiento. Los canes son desplegados en el monte con unidades móviles de guardaparques por tres días antes de ser enviados a casa.
Cuando los guardabosques, enfundados con rifles R1, ensayan sus disparos en tableros a 100 yardas de distancia, los perros comienzan a ladrar.
"Cuando hay disparos, para los perros es el momento de ponerse agresivos," explica Holsthyzen.