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Dejen de culparse unos a otros y empiecen a gobernar: Bloomberg

Los demócratas deberían permitir que los republicanos le den el nombre que quieran a cualquier proyecto nuevo para la reforma a la ley de salud. Lo que importa son los detalles, no el rótulo.

¿Quién tiene la culpa de que haya fracasado el proyecto de ley para derogar y reemplazar Obamacare? ¿A quién le importa? Lo principal ahora es que los demócratas dejen de regodearse, los republicanos dejen de estar enfurruñados y cada partido se siente a la mesa para mejorar un sistema de salud que necesita modificaciones, algo en que coinciden ambos partidos.

Tras el fracaso del proyecto de ley el viernes por la tarde, el presidente Donald Trump acusó a los demócratas de obstruirlo, el líder de la minoría en el Senado, Charles Schumer, acusó al presidente de incompetente, el presidente de la Cámara de Representantes Paul Ryan dijo que la atención sanitaria estaba acabada y la líder de la minoría en la Cámara Nancy Pelosi se jactó de que era un gran día.

Nadie tuvo el coraje de recoger los pedazos y señalar el camino que hay que seguir.

La Ley de Atención Sanitaria Asequible ha dado cobertura de salud a millones más de estadounidenses, pero sigue habiendo unos 30 millones sin seguro. Las primas son demasiado altas. El mandato individual no alienta a suficientes personas a ingresar al sistema.

Algunas de sus reglamentaciones e impuestos tienen poco sentido. Los mercados de seguros tienen demasiado pocos vendedores y compradores, lo que da a los consumidores muy pocas opciones. Las cuentas de ahorro para atención sanitaria hacen demasiado poco para fomentar el ahorro.

Los republicanos tienen ideas viables para solucionar estos problemas, como fondos de seguros de alto riesgo y poner un techo a la exclusión impositiva que reciben las empresas por dar seguro de salud a sus empleados. Es lamentable que ninguna de estas ideas se estudiara seriamente en el apuro por derogar Obamacare.

Igualmente lamentable es que los republicanos al parecer se estén rindiendo y pasando a otros temas. Si no pueden obtener todo lo que quieren, parecen haber concluido, no aceptarán nada. Es una mala estrategia. Como dijo el senador John McCain el sábado, los republicanos necesitan a los demócratas para reformar el sistema de salud. El arte de gobernar consiste en hacer concesiones mutuas… y no sólo dentro del partido mayoritario. Cuanto antes Ryan acepte el hecho de que los demócratas pueden ser un garrote que puede usar contra el Freedom Caucus, más éxito tendrán él y el Congreso.

Se sabe que Ronald Reagan dijo que con gusto aceptaría el 70 u 80 por ciento de lo que quería, y volvería por el resto más tarde. Sin embargo, en vez de seguir la regla de Reagan, los republicanos se aferran a la Regla de Hastert, que lleva el nombre de Dennis Hastert, expresidente de la Cámara (ahora en desgracia): en términos generales, sólo se tratan en el recinto los proyectos de ley que pueden aprobarse sin los votos demócratas. Esto llevó al partido a elaborar un proyecto de sistema de salud con fallos profundos que, en última instancia, no consiguió un fuerte apoyo de las alas moderada o del Tea Party de los republicanos.

Al mismo tiempo, los demócratas se negaron rotundamente a trabajar con los republicanos para generar una alternativa bipartidista. El regodeo sólo hace que esto sea más difícil.

El viernes, Schumer dijo que los demócratas están dispuestos a trabajar con los republicanos para mejorar la Ley de Atención Sanitaria Asequible con una condición: que los republicanos desechen la opción de la derogación. Este no es un paso auspicioso. Los demócratas deberían permitir que los republicanos le den el nombre que quieran a cualquier proyecto nuevo. Lo que importa son los detalles, no el rótulo.

*Michael R. Bloomberg, exalcalde de Nueva York, es el fundador y el propietario mayoritario de Bloomberg LP, la sociedad controlante de Bloomberg News. Es enviado especial del secretario general de la ONU en materia de ciudades y cambio climático.

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