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El Papa León XIV podría ser el campeón climático que necesitamos

El Papa León XIV tiene la oportunidad de usar su nueva posición para continuar el trabajo de Francisco y enfrentar el derrotismo climático.

Al elegir un nuevo líder para los 1,400 millones de católicos del mundo, el Vaticano tuvo la oportunidad de honrar el legado del fallecido Papa Francisco como el papa más comprometido con el medio ambiente en la historia moderna.

Al escoger al cardenal estadounidense (y peruano) Robert Prevost —ahora conocido como el Papa León XIV—, sus compañeros cardenales parecen haber aprovechado esa oportunidad. La esperanza de la humanidad de evitar lo peor del cambio climático solo puede beneficiarse.

En los próximos días sabremos más sobre las opiniones del papa. Sin embargo, ya ha declarado en un seminario el pasado noviembre que el mundo debe pasar “de las palabras a la acción” en materia de cambio climático. En el mismo discurso, advirtió que el “dominio de la humanidad sobre la naturaleza” no debe ser “tiránico” sino “una relación de reciprocidad”.

También destacó el historial ambiental del Vaticano, incluyendo la compra de paneles solares y vehículos eléctricos, entre ellos el primer Papamóvil completamente eléctrico.

Por supuesto, las acciones hablan más fuerte que las palabras. Pero las declaraciones del nuevo papa sobre el clima resuenan con las de su predecesor, quien el año pasado instaló algunos de esos paneles solares y lanzó planes para una instalación solar agrivoltaica con suficiente capacidad para abastecer a todo el Vaticano, posiblemente convirtiéndolo en el primer país en funcionar completamente con energía renovable.

Más importante aún, Francisco habló elocuentemente y con frecuencia sobre el clima. Su encíclica de 2015, Laudato Si’, que lamentaba el “uso y abuso” desenfrenado de la Tierra por parte de la humanidad, proporcionó un impulso moral para los históricos acuerdos climáticos de París en 2015. Varios firmantes citaron su trabajo en discursos previos al acuerdo. Además, inspiró el Movimiento Laudato Si’, una red de grupos católicos que actúan contra el cambio climático en todo el mundo.

La defensa ambiental de Francisco no se basaba únicamente en un amor abstracto por la naturaleza. También reconocía que los seres humanos más vulnerables del mundo —incluidos los católicos de Perú, el país de doble nacionalidad del Papa León XIV— serían los más afectados. Una iglesia dedicada a ayudar a los pobres y los que sufren no puede ignorar los estragos de un planeta en calentamiento.

Ocho años después de escribir Laudato Si’, tras observar cómo el mundo agotaba el impulso moral que impulsó el acuerdo de París, Francisco escribió otra encíclica, Laudate Deum, criticando a los líderes mundiales por no cumplir sus propias palabras ambiciosas.

Poco antes de su muerte, fue testigo del regreso al poder del presidente Donald Trump, quien ha estado desmantelando vigorosamente todo lo positivo que su gobierno hizo alguna vez por el clima.

Mientras tanto, la palabra de moda que se escucha con demasiada frecuencia en las discusiones climáticas globales hoy en día es “pragmatismo”, que está a un paso del derrotismo.

De repente, el Papa León XIV se ha convertido en una de las personas más famosas e importantes del mundo. Tiene la oportunidad de usar su nueva posición para continuar el trabajo de Francisco y enfrentar el derrotismo climático. Esto requerirá no solo palabras más poderosas, sino también acciones contundentes.

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