El plan de la presidenta Claudia Sheinbaum para imponer aranceles elevados a las importaciones chinas se ha retrasado hasta al menos diciembre, ya que la creciente oposición del sector privado mexicano —e incluso de miembros del partido gobernante— ha paralizado el debate en el Congreso, según legisladores y líderes empresariales.
Los fabricantes mexicanos advierten que los aranceles propuestos aumentarían considerablemente los costos de producción, dada su gran dependencia de las importaciones chinas de maquinaria, componentes y materias primas.
La medida afectaría la competitividad en un momento en que las industrias ya enfrentan presiones por el aumento de los precios de los insumos, según una persona del sector manufacturero que participa en las conversaciones con el gobierno y que pidió no ser identificada.
Algunos legisladores de la coalición gobernante, liderada por Morena, también han expresado su malestar, argumentando que no es el momento adecuado para provocar una disputa comercial con China. Si bien muchos respaldan los esfuerzos de Sheinbaum por proteger las industrias nacionales y fortalecer los lazos con EU, otros subrayan la necesidad de mantener y diversificar las relaciones con socios clave como China.
La oficina de Sheinbaum declinó hacer comentarios sobre el retraso y añadió que cualquier anuncio se hará en su conferencia de prensa matutina diaria.
¿A qué artículos de China se les impondría aranceles?
Su administración envió la propuesta arancelaria al Congreso a principios de septiembre, con el objetivo de imponer gravámenes a más de 1,400 categorías de productos importados de China y otros países asiáticos —entre ellos automóviles, autopartes, acero, juguetes y muebles— con tasas que oscilarían entre el 10 y el 50 por ciento.
Según funcionarios familiarizados con las negociaciones, se están llevando a cabo debates sobre qué categorías deben incluirse, con el fin de reducir el impacto en las industrias locales.
El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, presentó la iniciativa como un esfuerzo por proteger a los productores mexicanos de lo que calificó como “competencia desleal”, argumentando que una avalancha de productos chinos de bajo costo está inundando los mercados locales.
Los funcionarios también han presentado la medida como una forma de fortalecer la posición negociadora de México antes de la revisión prevista para 2026 del pacto comercial regional USMCA.
“El gobierno está revisando la relación comercial que tenemos con los países con los que no tenemos tratados de libre comercio”, dijo el diputado del partido Morena Fernando Castro Trenti, en una entrevista telefónica, haciéndose eco de las declaraciones anteriores de Sheinbaum sobre la imposición de aranceles.
Castro Trenti es miembro de la comisión de finanzas de la Cámara de Diputados. “No es el ánimo del gobierno cerrar puertas en su relación con otros países, sino reequilibrar las relaciones comerciales y garantizar condiciones justas para la industria mexicana”.
¿Cómo respondió China a la propuesta de aranceles de México?
Pekín respondió rápidamente al plan de Sheinbaum. El Ministerio de Comercio de China inició una investigación sobre barreras comerciales y advirtió que las subidas arancelarias unilaterales de México “perjudicarían los intereses de China y otros socios comerciales, socavarían la previsibilidad del entorno empresarial mexicano y debilitarían la confianza de los inversores”.
La medida aumentó la presión diplomática sobre México, que ya se encuentra inmerso en delicadas negociaciones con Washington y Pekín tras la reciente cumbre de la APEC, en la que Ebrard se reunió con funcionarios estadounidenses, entre ellos el representante comercial Jamieson Greer.
Obstáculos en el Congreso
A pesar de la mayoría de Morena en ambas cámaras, la propuesta ha tenido dificultades para avanzar. Los legisladores están priorizando las iniciativas de Sheinbaum en materia de agua y salud antes de que finalice la actual sesión legislativa el 15 de diciembre. Si no se aborda este año, el debate se reanudará en febrero, según Castro Trenti.
“Tiene que ser este año”, dijo Waldo Fernández, senador y miembro de la comisión de seguimiento del T-MEC en la cámara alta. “Estamos muy preocupados por la industria nacional, que se ha visto menoscabada por una competencia injusta”.
El plan arancelario también enfrenta retos técnicos. Las secretarías de Hacienda y Economía no logran ponerse de acuerdo sobre qué productos deben incluirse, lo que complica las discusiones con el sector privado, según personas con conocimiento del asunto. Los desacuerdos entre las propias empresas mexicanas, incapaces de presentar una contrapropuesta unificada, han ralentizado aún más el progreso.
Los legisladores también están evaluando el posible impacto de los aranceles en la inflación, según el legislador de Morena Alfonso Ramírez Cuéllar, quien se mantiene optimista de que la propuesta podría aprobarse en diciembre.
El plan arancelario se incluyó originalmente en el presupuesto del gobierno para 2026, aprobado la semana pasada, pero fue separado de ese paquete para dar más tiempo a las consultas. Algunos representantes de la industria esperan una resolución a principios del próximo año, si se logra un consenso.







