El camino de Suleiman Babamanu hacia el corazón del mayor programa de energía solar de Nigeria comenzó con decepción.
Después de la universidad, trabajó como geocientífico en prácticas para una unidad de la Corporación Nacional de Petróleo de Nigeria. Un trabajo en la industria (Nigeria es el mayor productor de petróleo de África) habría sido una ruta tradicional y lucrativa. Pero no pudo encontrar empleo.
Esto fue alrededor de 2010, cuando el crecimiento de la energía limpia en todo el mundo hizo que comenzara a parecer una carrera potencial. La industria no había ganado mucha tracción en Nigeria, y dejó de lado la idea, hasta que una conversación con un familiar lo convenció de reconsiderarlo.
“Un primo me dijo que no fuera a donde está el dinero, sino a donde va el dinero”, dice. “Inmediatamente cambié de opinión, solicité una maestría en energías renovables y obtuve una beca”. Eso lo envió a la Universidad de Newcastle en el Reino Unido y luego a una variedad de trabajos públicos y privados en la industria de energías renovables de su país de origen, incluidos proyectos que habían recibido financiación del Banco Mundial.
Ahora, como líder de proyecto técnico en la Agencia de Electrificación Rural, es uno de los oficiales que ayuda a implementar la mayor inversión de Nigeria en energía solar, parte del plan de recuperación económica Covid del país. El proyecto, Solar Power Naija, también es un paso hacia la solución de uno de los mayores problemas de Nigeria: la falta de electricidad confiable.
En virtud del Acuerdo Climático de París, Nigeria, se ha comprometido a reducir las emisiones de carbono en un 20 por ciento para 2030. Para lograrlo, su objetivo es generar el 30 por ciento de su energía a partir de energías renovables. Para avanzar, el 10 por ciento de los cinco mil 600 millones de dólares del gasto del gobierno para estimular la recuperación de la pandemia se utilizará para instalar cinco millones de sistemas solares domésticos. El objetivo es proporcionar electricidad a 25 millones de personas en comunidades rurales que ahora no tienen acceso a la red.
Con Solar Power Naija, el gobierno tiene como objetivo solucionar los problemas de desarrollo que ha creado la falta de acceso a la electricidad, así como la contaminación que provocan los generadores de combustible, una de las fuentes de energía más populares.
“Las comunidades rurales, las empresas y las personas que utilizan generadores o incluso velas tendrían acceso a un suministro de energía más limpio y eficiente”, dice Babamanu. “Las emisiones se reducirán considerablemente”.
El lanzamiento se centrará en la construcción de conexiones independientes, que usan paneles solares para cargar baterías que luego se pueden usar en cualquier momento, y minirredes, que funcionan de manera similar pero pueden atender necesidades más grandes. Ambos funcionarán por separado de la red nacional.
El proyecto también otorgará a los postores de toda la industria préstamos gubernamentales a bajo interés en lugar de contratos o subvenciones para financiar el equipo y la construcción, una desviación del enfoque normal de Nigeria para la electrificación. Las empresas reembolsarán lo que pidieron prestado con los ingresos de los clientes.
“Es bueno que el gobierno esté tratando de utilizar las energías renovables no solo como una herramienta para resolver el problema energético, sino también para aliviar la pobreza”, dice Adedeji Adeniran, investigador principal del Centro para el Estudio de las Economías de África en Abuja. “Esto demuestra que se está tomando en serio la agenda sostenible”.