Historias de NegoCEOs

Alejandro Legorreta y la nueva generación de empresarios en México

En México hay una nueva generación de empresarios y CEOs que está cambiando la forma de hacer negocios. ¿Su denominador común?: invierten en innovación, toman riesgos en las decisiones de expansión de sus empresas, se involucran en startups, promedian una edad de 45 años y tienen un amplio sentido de globalidad. “Son empresarios más preparados, que no tienen miedo de competir con los grandes y se interesan por representar a México en el exterior”, me dijo hace unos días Alejandro Legorreta (38 años), el CEO y cofundador de Sabino Capital, un fondo de inversiones con un portafolios cercano a 700 millones de pesos que apuesta lo mismo a empresas de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) que a startups como Econometrics, fundada por egresados de Harvard.Alejandro Legorreta, quien forma parte de esta generación, es riguroso en su día a día: se despierta a las 4:00 de la mañana, lee noticias, revisa los mercados, atiende reuniones desde las 7:00 A.M. y cuando detecta un negocio potencial va personalmente a revisarlo. Hace unos días viajó a Eagle Ford, Texas, para entender mejor las oportunidades que abrirá la reforma energética en México. Su objetivo es presentar a detalle la viabilidad de los proyectos nacionales durante el próximo Value Investing Forum (que se realizará hacia el primer trimestre de 2015), del cual Alejandro ha sido anfitrión los seis años en los que lleva realizándose. También prepara un índice de competitividad que medirá el desempeño de la BMV frente otras del mundo, mismo que mantendrá en el futuro para saber cuánto ha mejorado o empeorado el mercado bursátil respecto de sus pares.Otros empresarios que forman parte la nueva generación son Alejandro Ramírez (44 años), CEO de Cinépolis y uno de los mexicanos más activos en el exterior, con representaciones de México ante el WEF, el Banco Mundial y la OCDE; Eduardo Tricio Haro (51 años), el empresario que busca hacer global a Grupo Lala, también capitán de Aeroméxico; Daniel Servitje (55 años), director general de Grupo Bimbo, quien empujó a esta empresa a ser la mayor panificadora del mundo; y Carlos Hank González (43 años), quien ya no sólo está al mando de Banco Interacciones y del conglomerado Grupo Hermes, sino que tiene un rol central en las decisiones de negocio de Gruma y el Grupo Financiero Banorte.Esta nueva generación de empresarios no está necesariamente desligada de las familias que tradicionalmente han hecho negocios en México, pero su accionar es diferente, pues están dejando atrás las estructuras verticales y centralizadas con las que solían operar las compañías. Un ejemplo es Grupo Modelo, ahora parte de la multinacional Anheuser-Busch InBev (ABI), cuyo CEO, Ricardo Tadeu (36 años), lleva la compañía más que como una empresa de consumo masivo como si fuera una tecnológica: apuesta a la innovación, al talento joven, y tiene una estructura corporativa más horizontal y eficiente. Esto le ha permitido, por ejemplo, duplicar el margen EBITDA de Modelo en los últimos dos años, periodo en el que la cervecera quedó en manos de ABI.Ellos y otros empresarios enfocados a sectores clave como las telecomunicaciones son parte de la nueva generación que le está cambiando la cara a México… al menos en el ámbito de negocios.Twitter: @MarioMal

En México hay una nueva generación de empresarios y CEOs que está cambiando la forma de hacer negocios. ¿Su denominador común?: invierten en innovación, toman riesgos en las decisiones de expansión de sus empresas, se involucran en startups, promedian una edad de 45 años y tienen un amplio sentido de globalidad. "Son empresarios más preparados, que no tienen miedo de competir con los grandes y se interesan por representar a México en el exterior", me dijo hace unos días Alejandro Legorreta (38 años), el CEO y cofundador de Sabino Capital, un fondo de inversiones con un portafolios cercano a 700 millones de pesos que apuesta lo mismo a empresas de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) que a startups como Econometrics, fundada por egresados de Harvard.

Alejandro Legorreta, quien forma parte de esta generación, es riguroso en su día a día: se despierta a las 4:00 de la mañana, lee noticias, revisa los mercados, atiende reuniones desde las 7:00 A.M. y cuando detecta un negocio potencial va personalmente a revisarlo. Hace unos días viajó a Eagle Ford, Texas, para entender mejor las oportunidades que abrirá la reforma energética en México. Su objetivo es presentar a detalle la viabilidad de los proyectos nacionales durante el próximo Value Investing Forum (que se realizará hacia el primer trimestre de 2015), del cual Alejandro ha sido anfitrión los seis años en los que lleva realizándose. También prepara un índice de competitividad que medirá el desempeño de la BMV frente otras del mundo, mismo que mantendrá en el futuro para saber cuánto ha mejorado o empeorado el mercado bursátil respecto de sus pares.

Otros empresarios que forman parte la nueva generación son Alejandro Ramírez (44 años), CEO de Cinépolis y uno de los mexicanos más activos en el exterior, con representaciones de México ante el WEF, el Banco Mundial y la OCDE; Eduardo Tricio Haro (51 años), el empresario que busca hacer global a Grupo Lala, también capitán de Aeroméxico; Daniel Servitje (55 años), director general de Grupo Bimbo, quien empujó a esta empresa a ser la mayor panificadora del mundo; y Carlos Hank González (43 años), quien ya no sólo está al mando de Banco Interacciones y del conglomerado Grupo Hermes, sino que tiene un rol central en las decisiones de negocio de Gruma y el Grupo Financiero Banorte.

Esta nueva generación de empresarios no está necesariamente desligada de las familias que tradicionalmente han hecho negocios en México, pero su accionar es diferente, pues están dejando atrás las estructuras verticales y centralizadas con las que solían operar las compañías. Un ejemplo es Grupo Modelo, ahora parte de la multinacional Anheuser-Busch InBev (ABI), cuyo CEO, Ricardo Tadeu (36 años), lleva la compañía más que como una empresa de consumo masivo como si fuera una tecnológica: apuesta a la innovación, al talento joven, y tiene una estructura corporativa más horizontal y eficiente. Esto le ha permitido, por ejemplo, duplicar el margen EBITDA de Modelo en los últimos dos años, periodo en el que la cervecera quedó en manos de ABI.

Ellos y otros empresarios enfocados a sectores clave como las telecomunicaciones son parte de la nueva generación que le está cambiando la cara a México… al menos en el ámbito de negocios.

Twitter: @MarioMal

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