Efecto Jazz

6 lugares nuevos para el jazz @DF + ayuda a fondear el disco de Mark Aanderud

El año pasado la escena jazzística del DF atestiguaba el cierre no pocos espacios. Por falta de público, Roberto Betuco Arballo y Yuko Fukino ponían punto final al Blue Monk -cuya presencia se remontaba al Papabeto, que fundaron en 2003, en la colonia Cuauhtémoc-, y a poco más de un año de inaugurarse The Jazz Base, en San Pedro de los Pinos, desaparecía por problemas administrativos del inmueble rentado; el Polak Forum, en Anzures, terminó de ahogarse y, meses después, el Hookah Kasbah que ocupaba una casa contigua, se llevó con su desaparición los jueves de jazz que comenzaban ya a atraer a un público nuevo a la zona. Sólo algunos ejemplos del 2014. Mantener un club de jazz no es cosa fácil. Hasta el Zinco, que es uno de los sitios más populares y recomendados en las guías internacionales de turismo para el DF, ha atravesado una decadencia, y ya prepara algunos cambios para renovarse. Una buena parte de los gigs capitalinos se ha refugiado en restaurantes, que no suelen ofrecer a los músicos –ni a quienes tienen ganas de escuchar algo más que un bossa de fondo– las condiciones para sonar adecuadamente. Aún así hay que celebrar que, lejos de arredrarse ante los naufragios del año pasado, haya emprendedores que, bajo la fórmula de tragos-cocina-música, mantengan viva la escena nocturna que, hay que decirlo, es la tierra de cultivo para alimentar los grandes escenarios que, finalmente, es a donde los músicos aspiran a exponer su obra. He aquí algunos espacios de la más reciente cosecha en el DF.

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