QUERÉTARO, Qro.— La producción de vino en bodegas tipo boutique acapara el interés de los vitivinicultores queretanos.
Aunque algunos cuentan con la capacidad de incrementar su producción de forma considerable, le están apostante a un tratamiento artesanal de la bebida, que si bien conlleva costos de producción mucho más elevados, es más valorado por los consumidores.
Viñedos Azteca, por ejemplo, podría alcanzar una producción de hasta 40 mil botellas anuales, dado que actualmente opera al 50 por ciento de su capacidad instalada.
No obstante, el director general de la casa productora, Jorge Ferreira, afirma que no es la meta de la compañía producir de forma masiva. "Hay interés por crecer, pero no demasiado. Le estamos apostando a ser una bodega boutique, y no a crear una gran productora de vino.
"Tenemos solamente tres hectáreas y media de viñedo, y una pequeña bodega que es artesanal. Por el momento tanto la filosofía como el proyecto siguen siendo los mismos: queremos hacer poco vino, lo más cuidado posible, y con la mayor calidad que podamos lograr", comentó.
Al menos cinco casas productoras de vino afiliadas a la Asociación de Vitivinicultores de Querétaro, de un total de diez, le están apostando al segmento boutique.
"Somos varios, tanto aquí en Querétaro como en Ensenada; a excepción de Freixenet, Viñedos La Redonda y De Cote, casas que están en niveles altos de producción, el resto estamos todos en el terreno del vino más artesanal", dijo Ferreira.
El trabajo comercial para colocar este tipo de vino en el mercado, de acuerdo con el vitivinicultor, inicia en las propias casas productoras y termina en nichos muy particulares; tal es el caso de restaurantes especializados en cierto tipo de gastronomía.
"Tiene que ver con el tema de añejamiento, de mercado y con el conocimiento y entendimiento del vino; lo que puedo decir es que en Querétaro sí hay una apreciación de los buenos vinos, independientemente de su costo."