Honda CR-V es, desde hace más de dos décadas, una de las camionetas más relevantes en México y buena parte del mundo. Para 2026, llega con un mayor enfoque en seguridad y la incorporación de la variante híbrida AWD, que se coloca como tope de gama bajo el nombre Sport Touring. Con esto, la marca no solo se mantiene en a la tendencia de la hibridación, sino que también apuesta por el equipamiento.

Visualmente, los detalles más distintivos aparecen en los acabados en negro brillante de esta versión híbrida, aportando un ligero aire de exclusividad y quizá hasta un toque de deportividad sin alterar la receta general.

Por dentro los materiales transmiten solidez, con plásticos de buena factura y ensambles precisos que generan confianza a largo plazo, uno de los principales argumentos de la marca. Destaca una pequeña pantalla central de nueve pulgadas y un cuadro de instrumentos parcialmente digital que, aunque sencillo, entrega la información de manera clara. Los asientos ofrecen buen soporte, la visibilidad es amplia y la atmósfera general se inclina hacia lo práctico antes que hacia lo aspiracional. Aun así, con toda la calidad y confiabilidad, ya tiene un cierto aire veterano.

La novedad está en el tren motor: un sistema híbrido que combina un motor a gasolina de 2.0 litros con dos eléctricos y una pequeña batería en la cajuela. En conjunto priorizan la eficiencia antes que la emoción. La aceleración es progresiva a falta de un turbo, suficiente en ciudad, pero un poco limitada al exigirle en carretera, esto también debido a la caja CVT. Es un tren motriz pensado para quien busca consumos bajos y un manejo relajado, sin embargo, si le exigimos, especialmente con el modo de manejo sport, nos entrega más dinamismo.

Al volante, CR-V Hybrid AWD transmite confianza. La suspensión se ubica en un punto de equilibrio: filtra con comodidad los baches y topes de ciudad, pero conserva aplomo en carretera sin excesiva inclinación de la carrocería. La dirección se percibe directa y precisa, con un grado de asistencia que facilita maniobras urbanas sin perder control en trazados rápidos. Los frenos cumplen con una respuesta suficiente y con el apoyo del sistema de regeneración, lo que aporta seguridad adicional y mejora la eficiencia energética. Sólo la caja CVT des deja ganas de más, sobre todo en condición dinámica, pero hace si trabajo de maravilla ayudándonos a mejorar la eficiencia.

La seguridad es uno de sus pilares. Integra de serie el paquete Honda Sensing con asistencias avanzadas de manejo. Esta versión Sport Touring suma tracción integral y un equipamiento más completo que la consolida como el buque insignia de la gama. En un mercado donde rivales como Toyota RAV4 y Nissan X-Trail también apuestan por la electrificación parcial, Honda responde con un producto competitivo y bien armado, aunque considerablemente por encima en precios. ¿Vale la pena? Sí, es definitivamente uno de los mejores del segmento.

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