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El gigante que ofrece lujo desbordado con más de 750 caballos.

Con Escalade IQL, Cadillac apuesta por un formato eléctrico de gran escala, donde espacio, tecnología y lujo convergen para crear un nuevo referente entre los SUV de lujo y gran tamaño.

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Cadillac Escalade IQL (Cadillac)

Escalade siempre ha sido sinónimo de exceso, de un lujo pensado para no pasar desapercibido, y ahora con la versión IQL en su primera incursión totalmente eléctrica, ese concepto se lleva a un nivel aún mayor. Es tan grande que el nombre añade una “L” por la extensión de su carrocería, que no solo incrementa su tamaño, sino que la convierte en el SUV más largo en la historia de la marca. La propuesta es clara: ofrecer un santuario de opulencia, conectividad y comodidad extrema, aunque ello implique aceptar compromisos significativos en otros apartados como la eficiencia energética.

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Cadillac Escalade IQL Full side view of Cadillac ESCALADE IQ Sport in Flare Metallic at sunset. (GM-DESIGN/Cadillac)

Por fuera, IQL es fiel a la herencia Escalade: líneas monumentales, proporciones imponentes y un frontal dominado por una parrilla cerrada que integra iluminación LED animada. Los costados alargados terminan en una trasera igualmente robusta, con calaveras verticales que alcanzan la altura del techo. En conjunto, proyecta una presencia inconfundible, que incluso en el mundo de los SUV de lujo eléctricos sigue siendo un espectáculo en sí mismo. Sin embargo, su tamaño y peso —muy superiores a lo que ya conocíamos en versiones de combustión— hacen que resulte intimidante no solo al verla, sino también al manejarla. Rines de hasta 24 pulgadas y proporciones monolíticas, lo hacen destacar en cualquiera entorno.

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Cadillac Escalade IQL (GM-DESIGN/Cadillac)

El interior confirma la filosofía de Cadillac: materiales premium, pantallas de gran formato y un ambiente que busca rivalizar con un salón de alta gama. La gran protagonista es la pantalla LED panorámica de 55 pulgadas que recorre prácticamente todo el tablero y que combina la instrumentación digital, el sistema multimedia y funciones avanzadas de conectividad. El sistema Google integrado, las asistencias de voz y la posibilidad de actualizaciones OTA colocan a IQL a la vanguardia tecnológica, aunque en el uso real puede sentirse abrumadora por la cantidad de funciones que obliga a operar desde menús digitales.

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Cadillac Escalade IQL (GM-DESIGN/Cadillac)

Las tres filas de asientos aprovechan las dimensiones extralargas. En la segunda fila los pasajeros disponen de butacas individuales con calefacción, ventilación y masaje, mientras que la tercera fila ofrece espacio real para adultos, algo poco común incluso en SUV de este tamaño. La cajuela conserva una capacidad generosa, reforzando la idea de vehículo familiar de lujo. La atmósfera interior está reforzada con iluminación ambiental personalizable, un sistema de audio AKG Studio Reference con 40 bocinas y materiales de altísima calidad que, sin duda, justifican parte de su elevado precio de 3.4 millones de pesos.

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Cadillac Escalade IQL Rear cutaway view of the Cadillac ESCALADE IQL with Harbor Blue interior showcasing 3rd row seating and rear cargo space.

Escalade IQL recurre a la plataforma Ultium de General Motors, con un paquete de baterías de más de 200 kWh de capacidad. Esto le otorga cifras oficiales de hasta 724 kilómetros de autonomía según ciclo EPA, aunque en la práctica, el consumo se ve penalizado por el peso descomunal del vehículo y por la aerodinámica poco favorable. En trayectos reales, sobre todo a velocidad de autopista, la autonomía se reduce de manera perceptible, dejando claro que se trata de un SUV concebido más para el confort y la presencia que para la eficiencia.

La calidad de materiales, ensambles y acabados, es muy superior a todos los productos que hayamos conocido anteriormente en General Motors, marcando un antes y un después en este rubro. El nivel de tecnología, conectividad, e incluso la seguridad reforzada, no solamente por asistencias activas, seguridad pasiva y asistentes avanzados de manejo, sino también por el sistema OnStar, lo hacen único en el mercado.

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Cadillac Escalade IQL (GM-DESIGN/Cadillac)

Al volante, Escalade IQL ofrece una experiencia mixta. Por un lado, el tren motriz eléctrico es imponente: más de 750 caballos de fuerza y un par instantáneo que mueve con autoridad sus más de cuatro toneladas. La aceleración es sorprendentemente rápida para un vehículo de estas dimensiones, y la entrega de potencia es inmediata, sin titubeos ni retrasos. Pero al mismo tiempo, el tamaño y el peso pasan factura: las inercias son evidentes en cambios de dirección, y la suspensión, aunque filtrada con suavidad para priorizar la comodidad, no logra ocultar la sensación de masa cuando se le exige en curva.

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Cadillac Escalade IQL Close-up of man using control console in Cadillac ESCALADE IQ Sport. (GM-DESIGN/Cadillac)

La dirección es ligera, pensada para maniobrar con relativa facilidad en ciudad, pero en carretera carece de la conexión que se esperaría en un vehículo de este nivel de precio. Se siente aislada y, aunque transmite seguridad al mantener la trayectoria en línea recta, no invita a un manejo dinámico. Los frenos cumplen su función con discos ventilados en las cuatro ruedas y regeneración ajustable, pero, nuevamente, el peso condiciona la experiencia: el pedal exige anticipación y la distancia de frenado es considerablemente mayor frente a SUV eléctricos más ligeros.

En términos de confort, IQL es insuperable. El aislamiento acústico es sobresaliente, incluso frente a rivales europeos, y la suavidad de marcha convierte cada trayecto en una experiencia relajante. Los modos de conducción permiten cierto rango de personalización, aunque en esencia todos priorizan la comodidad sobre cualquier intento de deportividad, un enfoque que coincide más con la filosofía de Lincoln Navigator o Jeep Wagoneer, más que con la de opciones europeas como BMW iX o Mercedes EQS SUV.

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Cadillac Escalade IQL Rear 3/4 view of the Cadillac ESCALADE IQL in Luna Metallic exterior color.

Un aspecto que resalta es la experiencia “teatral” que Cadillac ha sabido imprimir a la IQL: desde la secuencia de luces exteriores al acercarse al vehículo hasta la activación de funciones como el modo de masaje, cada detalle está pensado para reforzar la idea de un lujo desbordado. Sin embargo, en un contexto donde los SUV eléctricos buscan también eficiencia y autonomía, Escalade IQL deja claro que su prioridad es otra: ser el máximo escaparate de lujo americano en formato eléctrico, incluso si ello supone sacrificios en autonomía y agilidad.

Escalade IQL es un SUV que lleva el lujo y la tecnología al extremo, con un nivel de opulencia inédito en la marca. Sus puntos fuertes son la habitabilidad, el confort absoluto y la potencia descomunal, mientras que sus limitaciones son el peso excesivo, la eficiencia cuestionable y una autonomía que difícilmente alcanzará las cifras oficiales en un uso real. Es, al mismo tiempo, un vehículo aspiracional y controversial: perfecto para quien busque la máxima expresión de pero difícil de justificar para quien valore eficiencia y dinamismo.

FICHA TÉCNICA

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