El regreso del Toyota 4Runner a México no es un simple relanzamiento. Es la reaparición de uno de los SUV más capaces del mercado, ahora con una nueva plataforma compartida con Tacoma, sistema híbrido, y una dosis de rudeza que pocos competidores pueden igualar. Técnicamente, se trata de un todoterreno con carrocería sobre bastidor, la fórmula clásica del todoterreno puro, con tracción conectable, caja reductora y bloqueo de diferencial. Eso lo pone en competencia directa con Jeep Wrangler Rubicon y Ford Bronco en sus versiones más radicales.

Por fuera, el parentesco con Tacoma es inmediato: parrilla negra con emblema Toyota, faros LED con DRL e incluso una barra de luz para offroad en esta versión y hasta una placa protectora TRD en aluminio para el motor. Todo pensado para funcionalidad extrema, incluidas las salpicaderas negras, rines TRD de 18” y neumáticos Toyo Open Country AT. La suspensión Fox y brazos TRD confirman que esto no es solo apariencia: es un todoterreno legítimo con capacidad real.
También integra sensores, cámaras y barra estabilizadora desconectable para enfrentar terrenos más técnicos. Su silueta transmite fuerza desde cualquier ángulo, y detalles como las molduras plásticas, el emblema TRD Pro en bajo relieve o los rieles de techo completan una propuesta que privilegia la utilidad.

Por atrás tenemos una cajuela enorme, podemos abrir solo el vidrio trasero para acceso rápido a la carga sin necesidad de abrir todo el portón. No hay tercera fila, pero sí puntos de anclaje, redes, tomas de corriente de hasta 2,400 W y un diseño robusto que invita a cargar equipo sin miedo.
Al interior mezcla materiales duros con funcionalidad. No hay lujos, pero sí buen ensamble y mandos accesibles. Asientos en piel sintética con patrón tipo camuflaje, volante TRD con línea central, ajustes eléctricos, cargador inalámbrico, puertos USB, climatizador automático y sistema de audio JBL. La posición de manejo es alta, con visibilidad favorable en casi todos los ángulos. El asiento ofrece buena sujeción y la ergonomía del tablero está pensada para facilitar el acceso a todos los controles, incluidos los del sistema de tracción.

El cuadro de instrumentos digital cambia según el modo de manejo. La pantalla central es grande, aunque su interfaz podría aprovecharse mejor. Tiene conectividad inalámbrica, pero una navegación básica. La consola central concentra los controles de tracción, suspensión, bloqueos y energía auxiliar. En versiones TRD Pro, se suman botones dedicados para desconexión de barra estabilizadora y control de luces auxiliares.

En la segunda fila hay espacio suficiente y respaldo reclinable. También hay aire acondicionado, cargadores, contactos domésticos y banca corrediza. La ausencia de tercera fila queda compensada por la lógica práctica y buen volumen de carga. Además, los respaldos pueden inclinarse para mejorar la comodidad en trayectos largos o abatirse para ampliar el área de carga. Un detalle práctico para quienes buscan un vehículo tan familiar como aventurero.
Bajo el cofre veremos un motor 2.4 litros turbo con sistema híbrido que entregan 326 hp en total. La respuesta es inmediata gracias al empuje eléctrico y al turbo. No es deportivo, pero se siente ágil. La caja automática de ocho velocidades responde con soltura. Las transiciones entre tracción trasera, integral, reductora o bloqueo de diferencial son fáciles de controlar, resultando en un vehículo extremadamente capaz fuera del asfalto.

En ciudad es cómodo. En carretera, estable. Fuera del camino, el 4Runner TRD Pro demuestra su capacidad: cruza ejes, sube pendientes, y resuelve terrenos difíciles sin esfuerzo. Con la barra estabilizadora desconectada y los sistemas activados, avanza sin titubeos. El control de tracción y los modos multi terreno adaptan la entrega del sistema según el tipo de superficie, ya sea lodo, arena o hasta roca marciana.
El nuevo 4Runner podría afinar acabados interiores o sumar bloqueo central, pero así, como está, cumple con creces como uno de los todoterreno más capaces del mercado. Es confiable, rudo, muy capaz y tecnológicamente completo. La versión híbrida marca un paso firme sin perder su esencia original.
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