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Un club del Pedregal para gozar sin preocupaciones

A mes y medio de su inauguración, Smyth Club es un antro realmente VIP. Empresarios, socialités y artistas son quienes más acuden a este establecimiento ubicado en la zona del Pedregal.

Un grupo de cinco jóvenes empresarios se dio a la tarea de levantar un proyecto para que amigos y conocidos pudieran disfrutar de las noches escuchando música, tomando unos tragos y relajándose bajo un buen ambiente.

Por ello, en la zona del Pedregal abrió sus puertas el Smyth Club, un espacio que a mes y medio de su inauguración se ha convertido en el lugar de moda del sur del Distrito Federal.

"Pensamos en hacer de este un sitio sano, un club social en el que los jóvenes se puedan entretener escuchando buena música, y en el que les aseguramos no serán molestados por gente no grata, como ha sucedido en otros estados de la República Mexicana, donde hasta han tenido que cerrar por la inseguridad", dijo Luis Thomas, uno de los socios.

Esto lo han logrado gracias a los filtros instalados en la entrada de este que es un antro VIP, en el que conviven empresarios, socialités y artistas que tienen la seguridad que su privacidad no va a ser invadida por aquellos que quieren acercarse; por ejemplo, a las figuras del mundo del espectáculo para obtener de ellos un autógrafo o fotografía.
"No pretendemos ser el lugar de moda, porque si llegamos a serlo perderíamos esa posibilidad de ofrecerle a nuestros clientes y amigos, esos quienes han hecho del Smyth Club el mejor lugar para divertirse por las noches de jueves a sábado", abundó Thomas.

Los emprendedores pensaron en un concepto en el que el DJ fuera la figura principal de las noches, responsabilidad que recae primordialmente en César Absalón, aunque también hay invitados como César Carrillo.

La música contemporánea, en inglés o en español, es la base de la diversión. Pero lo mismo se pueden escuchar hits del momento que oldies de la década de los 80 y 90.

Una de las principales cualidades de este club social es que nadie está condicionado a comprar una botella de la bebida de su preferencia. Ello dependerá de las ganas que tengan los asistentes de disfrutar uno u otro tipo de destilado, pasando por las cervezas, los vinos, la coctelería e incluso la champaña.

"La decoración está ambientada en los años 20, específicamente en la época de la prohibición en Estados Unidos, la cual nos pareció atractiva a los cinco socios. Pero también tiene un toque de modernidad, porque aunque suene un poco contradictorio, nos gustaría que el Smyth Club se posicione como el antro de moda", mencionó Luis Thomas.

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