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Trasladan los versos de Lope de Vega al son jarocho

"Finea en el Papaloapan", una adaptación libre de "La dama boba" del dramaturgo del Siglo de Oro español, transporta este clásico a la musicalidad vernácula del son veracruzano.

Para quitar el miedo a enfrentarse a los versos barrocos del Siglo de Oro español, "Finea en el Papaloapan", una adaptación libre de "La dama boba" de Lope de Vega, transporta este clásico a la musicalidad vernácula del son jarocho.

"El verso barroco asusta, suena a solemnidad y Finea es totalmente antisolemne", puntualiza en entrevista Ignacio Escárcega, director escénico del montaje que se presenta los domingos en el foro La Gruta, del Centro Cultural Helénico, donde permanecerá en temporada hasta el 3 de agosto.

En esta adaptación de Camila Villegas, la música juega un papel protagónico, con ocho piezas y arreglos originales de Marcial Salinas, quien participa en escena junto a siete actores del colectivo escénico Arce.

La obra narra la historia de dos hermanas, una lista y la otra un poco boba, quienes pelean por el amor de un joven inteligente, pero de escasos recursos. Cada escena es animada con guitarras, jaranas, claves, güiros y maracas, propias del son jarocho, género del cual Escárcega destaca su capacidad de improvisación con el verso, al que da una intención irónica y humorística.

"Conjugar dos lenguajes de diferentes tiempos y espacios lo hizo divertido, pues cuando uno estudia La dama boba en la escuela teatral, de forma clásica, encuentra pocos momentos de diversión".

Montaje postapocalíptico
Una pieza en la que el humor negro se muestra como la mejor forma para reflexionar sobre lo que realmente importa cuando el mundo se destruye es "Poses para dormir o la inevitable certeza de estar solo", que se estrena hoy, también en el foro La Gruta, a las 20:30 horas.

"Es una metáfora de la posibilidad de un apocalipsis interno", explica la directora del montaje, Leticia Huijara. En un escenario postapoacalíptico se encuentran una joven soldado, un escritor de pornografía, una piromaniaca prófuga de la justicia y un piloto de simuladores de vuelo.

"Estos personajes verán que la única posibilidad de esperar el fin del mundo es apelando a sus pulsiones vitales: a la pulsión sexual, al amor, al deseo de no morir". La pieza es original de la argentina Lola Arias, "una dramaturga ya de culto en su país", concluye Huijara.

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